domingo, 30 de agosto de 2009

“Dejé todo por ser bailarín”

Roberto Castañeda


José Luis Escobar entrevista a uno de los bailarines fundadores de la Escuela Nacional de Danza, que este año festeja su 60 aniversario. Descubre a un hombre que supo fusionar arte y deporte.
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La primera reunión que sostuve con Roberto Castañeda fue en la Escuela Nacional de Danza (Endanza). Después de 45 minutos de charla, me guió en un recorrido por el salón principal de esa escuela, que vio nacer hace seis décadas y que celebrará su trayectoria esta semana (lea 60 años de la Endanza).

Quien fue el primer bailarín del Ballet Nacional cuando esta institución recién se formó en 1948, justo un año antes que se fundara la Endanza, tiene hoy 80 años y posee una vitalidad que todo joven envidiaría.

Y no es para menos; a la disciplina física que exige la preparación en danza, el maestro agregó, desde su adolescencia, el levantamiento de pesas, las artes marciales, el yoga, el taichí y la arquería.

Roberto se hace acompañar del buen humor; sabe encontrar el momento para colar una broma o un comentario que logra robar alguna sonrisa a sus interlocutores. Lo hace con una voz profunda, conservando ese estilo ceremonioso que en sus años rigió la locución radial.

“En este lado están las fotos de todos los que han dirigido la Escuela. En la otra pared, los directores del Ballet Nacional”, me dijo cuando llegamos al salón de ensayos.

La entrevista había terminado y creí que únicamente me invitaba a recorrer visualmente los muros, pero me llevó hasta una tercera pared, que también hace de galería, y comenzó a extraer de cada foto un recuerdo.

“Este es el primer grupo de bailarines que tuvo el Ballet; yo soy ese”, indica, señalando el rostro de un joven de 19 años. Esa fue la primera de muchas evocaciones de amigos, ensayos y presentaciones del Ballet. Sucedió lo mismo cuando llegamos a los retratos de los directores.

Para cada nombre, Roberto tenía una explicación: “Ella logró que se reabriera la Escuela de Danza. Él fue un brillante bailarín; esta otra tenía una presencia única en el escenario”.

La búsqueda de los bailarines, la integración del primer cuerpo de danza del Ballet Nacional y la fundación de la Escuela, sus inicios en plena época revolucionaria seguida del cierre que vivió durante la contrarrevolución, así como su reapertura y la época de oro que vivió en las décadas pasadas... Las anécdotas de Castañeda condensaron en 15 minutos la historia del Ballet y de la Escuela, las cuales están íntimamente ligadas en sus orígenes (lea Memorias).

Los recuerdos del maestro cerraron nuestra primera reunión y, también, abrieron la segunda, cuando lo visité en su hogar. Llegué a buscar un currículo y terminé ojeando un álbum con más de un centenar de imágenes.

En todas había más de alguna anotación y recogían diferentes épocas de su vida. En nuestra primera reunión rehusó hablar detalladamente de esas actividades ajenas a la danza.

“Es que va a sonar muy presuntuoso si le cuento todo lo que he hecho”, me dijo y soltó una carcajada intentando desviar mi curiosidad. Pero ante mi insistencia, escuetamente me comentó que ha hecho “algo de deporte y que tiene algunos estudios”.

Resulta que para este bailarín “algunos estudios” quiere decir una maestría en Psicología, un profesorado en Pedagogía y Ciencias de la Educación, y una licenciatura en Planeamiento (sin tomar en cuenta las clases relacionadas con su formación dancística).

“Hice gimnasia, lucha libre y olímpica, clavado y artes marciales”, se anima a decir ante mi insistencia. Eso explica el póster de Bruce Lee que figura en la decoración de su estudio.

No muy lejos, veo también algunas de las armas que manejó: sai, tonfa, katana, tanio y nunchaku (chacos). En una nueva broma del maestro, que alcanzó la cinta café en shito ryu y la amarilla en taekwondo, me dice que el famoso actor de las películas no se le compara.

“En 1951 gané una serie de medallas en un campeonato nacional de arquería. Hice yoga por 26 años y desde hace 38 soy maestro de taichí. Y mejor si no lo publica pero tengo los poemas que escribí de joven, pero están escondidos porque me dan vergüenza”.

El maestro ríe otra vez y agrega que en realidad “no son tan malos”, recalcando que le encanta la poesía, tanto que de los dos anaqueles con libros que tiene en su habitación uno lo destina casi en su totalidad a este género literario.

Las primeras páginas del álbum me ayudaron a visualizar toda esa faceta deportiva del maestro. Vi fotos del cuerpo que cultivó en su adolescencia y con el que quiso ser campeón mundial de pesas, así como sus entrenamientos marciales, y desde luego, fotos de los personajes que ha interpretado en el escenario.

El recorrido visual me permitió apreciar cómo fusionó la disciplina deportiva con la dancística. Ambos conocimientos, sumados a su experiencia, lo han llevado a escribir su propio método de enseñanza de baile, en el que procura una formación integral del estudiante. Sus métodos, asegura, están basados en la kinesiología.

Pero, cuenta, el método “es un tremendo documento que hasta miedo da mandarlo a imprimir, por eso lo dejé guardado; pero hice uno más simple, de 200 clases. Como investigador de la danza he hecho mis propios métodos. Nadie los sigue porque son muy nuevos y exigentes. Pero he presumido de que pretendo señalar cosas útiles que incluso le pueden servir al magnífico método cubano (el más aceptado de momento). Sé que suena abusivo pero ¿qué puedo hacer, si tengo ojos abusivos, una cabeza todavía más abusiva y una personalidad abusiva?”.

Castañeda ha impartido el curso de Historia de la danza, y actualmente enseña Composición coreográfica. En el escenario ha demostrado su destreza en las diferentes técnicas de baile, así como en la actuación y dirección teatral.

Trabajó 22 años en la Compañía de teatro para niños (y en 10 grupos teatrales más) y montó obras de Poesía coreográfica, un híbrido entre declamación y danza.

El maestro admite que no sabía mucho de ballet cuando recibió la invitación para formar el primer grupo profesional de baile del país. “Me entró la cosquillita y empecé a investigar”, recuerda.

Así, se informó en libros, aprendió francés e inglés y, eventualmente fue incorporando la experiencia del deporte al baile. “En su momento, dejé todo por ser bailarín: el empleo, mis estudios, la novia (bueno, una, porque el maestro se casó tres veces) hasta me echaron de la casa y me pegaron en la calle”.

“Creo que ya me puedo reír de todo eso”, cuenta el maestro después de seis décadas entregado a la danza. Mientras, se prepara para una fotografía y va a su armario para buscar el chaleco azul que vistió en una de sus primeras presentaciones y el último par de zapatillas que usó.

Memorias
“Yo soy uno de los fundadores”, afirma el maestro Castañeda al hablar del Ballet Guatemala. “En ese entonces se hizo una primera función y yo fui el primer bailarín. Sé que me preguntó por la Escuela Nacional de Danza, Endanza, pero para entender cómo surgió la Escuela primero hay que hablar del Ballet”.

Una vez cobró vida el Ballet, señala el maestro, fue necesario crear una institución para garantizar la formación de más bailarines, así surge Endanza, en 1949. Castañeda, junto a otros jóvenes, fue instruido antes que el Ballet existiera. Fue su maestra madame Marcelle Bonge, la primera directora de Endanza; la escuela lleva su nombre.

El maestro Roberto inició sus estudios de ballet el 22 de enero de 1948 a las 18 horas con cinco minutos, según plasma en su hoja de vida. Anterior a esa fecha, bailaba tap y popular. Su primera aparición en público fue el 16 de julio de 1948, en el Teatro Capitol (6a. avenida entre 12 y 13 calles, zona 1).

En el conjunto Ballet Guatemala ha sido primer bailarín, solista, bailarín de carácter; co-director, maestro y coreógrafo oficial. Aparte, ha dado cátedra de Historia de la Danza, y Teoría, folklore y movimiento creativo. Como bailarín se desenvuelve en las áreas de danza clásica, moderna y de carácter.

60 años de la Endanza
La Endanza festejará en septiembre los 60 años de su fundación con un programa de homenajes a algunos de sus egresados. La cita es en el Teatro de Cámara del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, este martes y miércoles. La admisión es gratuita.

El martes 1 de septiembre, el maestro Castañeda dará una charla sobre la historia de esta escuela y se hará un reconocimiento a jóvenes egresados que destacan en la escena nacional. La actividad se inicia a las 4 p.m.

Los homenajeados son: Nancy Urla, solista del Ballet Guatemala e integrante de Unidanza; Urla ha impartido clases en Londres. Vanessa Rivera, quien hizo estudios en Italia y dirige la academia Cdanza. Lilian González, del grupo de danza contemporánea Momentum. Y Marcio Chamalé, miembro del grupo Otredad y corresponsable del aula de investigación de la Endanza.

El miércoles 2 de septiembre, a las 6 p.m., se reconocerá a figuras consagradas que se graduaron de la escuela y que hoy dirigen otros centros de formación: la academia Marcelle Bonge, dirigida por Sonia Juárez; la Escuela Municipal de Danza, dirigida por Reyna Silva; el grupo Fuga, compuesto por varias egresadas; Body ArtStudio, de Antonio Luissi; el grupo Otredad, compuesto por una de las primeras promociones de danza contemporánea de la Endanza; Dance Circle Ballet, dirigida por Ana Elsy Aragón y Elías Colón; y, del Ballet Guatemala a Amalí Selva.

Cada uno de estos centros presentará una coreografía, de aproximadamente 10 minutos de duración. En la muestra participa también la Endanza, dirigida por el licenciado Francisco Miranda.

En pocas palabras
Música
“Soy melómano. He escuchado todas las sinfonías, unas 700. Soy fanático de la música. La pongo desde las 8 a.m hasta que me acuesto, a la 1 a.m. Como coreógrafo tengo que conocer mucho de música. En 51 años he producido 140 obras”.

30 años
De 1948 a 1978, bailó alrededor de 1,500 funciones en las cuales hizo 157 papeles, en 137 obras en Guatemala, Rumania, Argentina, Ecuador, México, Estados Unidos, Colombia y el resto de Centro América.

Construcctor
El maestro también gusta de la carpintería. Él mismo fabricó las puertas de su hogar. Practicó el aeromodelismo y gusta de armar rompecabezas..


T: José Luis Escobar. jescobar@sigloxxi.com
F: Cecilia Cobar. ccobar@sigloxxi.com

Ay, ¡qué bonito el cuadro... !



Es común asociar el paisaje con una reproducción de la naturaleza. José Luis Escobar indaga en los motivos que forman esa preconcepción del paisajismo y conoce los roces de este discurso con el arte conceptual.
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¿Cuántas pinturas con buganvilias y calles empedradas ha apreciado? ¿Cuántas fotos (enmarcadas o en facebook) que ha visto tienen como fondo el arco de Antigua o el lago de Atitlán?

Sin importar si es una acuarela, un óleo o una fotografía, cuando visito otras casas o estoy en las salas de espera el paisaje es una constante en el decorado. ¿Es esto una peculiaridad de paisajismo chapín?

En lo que va del año, alrededor del paisaje se han organizado retrospectivas, homenajes y talleres de fotografía. El festival de Foto30, que se inicia el próximo mar-tes, cuenta por primera vez con un equipo curatorial y el tema que sus miembros observaron también está relacionado con el paisaje.

¿Qué tiene el paisaje que nos seduce tanto?¿Por qué entre los pintores y los fotógrafos no muere el interés por este tipo de obras?

Despejar estas incógnitas me llevó a libros, revistas especializadas, a leer por lo menos una tesis y a charlar con tres peritos en arte. Este es un repaso por el paisajismo en el país y cómo la visión contemporánea replantea los elementos que lo componen.

“Toda esa pintura paisajista que se ven a las orillas de las carreteras y que incluso se vende firmada definitivamente es arte, no voy a negarlo, además, hay unas obras en las que se aprecia una destreza excepcional, pero a mi criterio, están fuera de tiempo”, expone el doctor en arte Miguel Flores, señalando que hay algunos pintores que sí dan el salto y dejan el concepto del paisaje idílico.

Flores, junto a Amílcar Dávila y Alejandro Paz, forma parte del grupo de curadores de Foto30. Las fotografías que acompañan esta nota pertenecen a este festival.

“El paisaje tiene hoy mayor amplitud. El cuerpo humano es una forma de paisaje, el registro paisajístico lleva a otras metáforas, más allá de lo obvio y académico”, cita el documentalista en arte Guillermo Monsanto.

¿Y la naturaleza?
Ninguno de expertos con quienes hablo demerita el valor del arte popular. La pintura y la fotografía están ligadas al paisaje. La primera nos remite a las escenas campestres, pero la segunda nos puede llevar a numerosos parajes, como lo apreciará en las diferentes exposiciones de Foto30.

Montañas, lagos, flora... ¿qué pasa cuando estos elementos a los que estamos acostumbrados son sustituidos, reinterpretados, abstraídos o modificados.

¿Es paisaje un cuadro que plasma a los autos en las horas pico, y que tiene como fondo a los edificios de la Zona Viva o del Centro Histórico?

¿Colgaría una foto de la basura que contamina el lago de Atitlán junto a esa otra en donde se ven sus tres volcanes majestuosamente reflejados en las aguas?

Se lo pregunto porque el concepto que tiene de paisaje quizá no sea el que encuentre en las muestras que Foto30 ha preparado.

“Es muy significativo que la primera fotografía que se toma es la de un paisaje”, señala la curadora Rosina Cazali y subraya que esa primera foto fue enmarcada en un rectángulo.

El formato de la cámara oscura favoreció eso, pero el efecto que se consiguió fue como el de una ventana, una desde la cual el espectador puede observar desde la comodidad del hogar. “Así, la fotografía empieza a hacer registros”, indica.

La curadora me habla del trabajo de los investigadores europeos del siglo pasado cuyos dibujos o fotos, en su momento, contribuyeron a formar una visión de las tierras latinoamericanas.

“Algunas panorámicas fueron creaciones de manos extranjeras (grabados, bosquejos, acuarelas y más adelante, fotografías) que realizaban aventureros, cien-tíficos, periodistas y artistas que se interesaban por la naturaleza del país”, amplia Monsanto, quien resalta el aporte, en los años 30 (del Siglo XIX), de Jacobo Haefkens y Caroline Salvin.

“El hecho de reproducir el paisaje en blanco y negro causó un cambio”, señala Miguel Flores al recalcar cómo la foto, en sus orígenes, empezó a alterar el concepto del paisaje.

Y son precisamente fotografías las que rigen la mayoría de exposiciones de septiembre, así que como observador seguramente se encontrará con sorpresas.

No se preocupe, el arte contemporáneo no será eterno, y como indica Monsanto “no nos vamos a quedar 200 años viendo instalaciones, el arte es cíclico y ya se habla de movimientos que revaloran la pintura”, así que no se deshaga de esos paisajes que hoy son tan conservadores, puede que a sus nietos les agrada exhibir un auténtico paisaje de la “vieja escuela del siglo XXI”.

Melancolía campestre
“En un país rico en naturaleza y, sobre todo, heredero de una cultura artística superior al común de los pueblos precolombinos, es natural que las costumbres autóctonas sean la base sobre la que se desarrolla la creación artística del Siglo XX, por ello, resulta comprensible que la plástica de ese siglo haya sido profusa pero sin mayores innovaciones, pues, los artistas guatemaltecos de las primeras décadas del Siglo XX, mantuvieron el estilo neoclásico y el impresionista, adap-tándose a la realidad multicolor y pluricultural del país”, escribe la maestra en arte, Marcia Vásques de Schwank, en el libro Joyas artísticas del Banco de Guatemala (2001), un libro que leí en el centro de documentación de la galería El Áttico.

Este tema de la naturaleza lo retomo con Rosina Cazali. En la charla le comento que encuentro muy lógica esa la seducción que natura ejerce en el pintor o el observador.

Rosina me dice que no sólo es el interés por plasmar o apreciar la naturaleza en un cuadro, pues existe toda una apropiación de ella y que basta ver una simple moneda para encontrar elementos de la naturaleza: quetzales, ceibas, flores, laureles…

Después de hablar del asunto natural la curadora me lleva varios siglos atrás (para acariciar el llamada Siglo de oro del paisaje holandés) y sus explicaciones agrega la nostalgia: “El concepto del paisaje (en la cultura occidental) tiene que ver con la visión de la pintura de la burguesía holandesa (Siglos XVII y XVIII), cuando empiezan a conformarse las grandes ciudades y se comienza a definir esa separación entre lo rural y lo que va situándose como la parte civilizada. En el caso de la pintura se va formando una visión bastante nostálgica de esa forma de vida que se va abandonando poco a poco”.

Así, la idea de un marco para las pinturas adquiere otro sentido cuando las veo como emuladores de una ventana que, desde la comunidad de la ciudad, me permite tener un recuerdo del campo.

Todo un desfile de fechas y movimientos surge en mi charla con ella, lo que me alerta que antes de empezar a hurgar en el paisajismo guatemalteco necesito profundizar lo que sé del paisaje en la historia universal del Arte.

Por suerte hallo una excelente lectura en el ejemplar número 32 de la revista Galería Guatemala, editada el año pasado por la Fundación G&T Continental (a la cual pertenecen las reproducciones de las pinturas que acompañan esta nota).

En la publicación leo que a comienzos del Siglo XV el paisaje se estableció como un género en Europa, generalmente expresado en temas religiosos. Y luego, que se retomó como sujeto en la pintura flamenca del Siglo XVII, y que fue el pintor inglés Constable el precursor de la pintura paisajista europea del Siglo XIX.

En la revista también encuentro que hay referentes del paisaje en tintas de la antigua China y en otras civilizaciones como la egipcia, así como en frescos del Siglo I antes de nuestra era.

“Pero constituía un elemento de fondo, pues al frente había otros protagonistas”, me explica el historiador e investigador del arte Guillermo “Willy” Monsanto, haciéndome volver a los siglos en que Rosina me daba su apreciación sobre la nostalgia campestre.

Las palabras de Willy me simplifican la información que había recopilado de varios sitios de Internet .

“Antes del Siglo XVIII el paisaje era el elemento del fondo de una pintura, siempre había enfrente un personaje (rey o santo) como protagonista”, apunta el historiador.

El Siglo XIX, continúa, trajo consigo el neoclasicismo y nuevas tecnologías, lo que altera los motivos alrededor de ese rey o reina posando, así como a la imagen de la virgen caminando en el desierto o la del santo con el niño dios en brazos.

“Se descubre que un tema, como el volcán Vesubio, puede ser un gran paisaje al agregar la ciudad destruida en sus faldas”, dice el investigador.

Trazos pulcros
Hablar con Willy acerca de volcanes y ciudades destruidas me lleva a los referentes actuales de paisaje local: el volcán de Agua, las calles de Antigua Guatemala, el lago de Atitlán... pero a diferencia de Pompeya y Herculano, en el colectivo guatemalteco el ideal del paisaje habla de escenas perfectas: aguas cristalinas, celajes señoriales, regia topografía, y, en el caso de la ciudad colonial se plasma bellamente la arquitectura, así se trate de un vestigio colonial derruido.

“Es interesantísimo cómo en Guatemala, en fotografía, se habla de paisaje. Yo he visto el trabajo de 60 fotógrafos y todos tienen un lago de Atitlán y un volcán de Agua, claro, son nuestros referentes más claros del paisaje, forman parte del discurso, de la identidad guatemalteca del paisaje bonito”, dice Miguel Flores.

“Aquí la mayoría de las personas mantienen todavía el concepto modernista del paisaje, el bucólico, el bonito que puedo colgar en mi casa y en el cual se mira un atardecer, o un bosque, o el lago de Atitlán y los volcanes”, concluyo con Miguel, mientras que con Rosina reparamos de que en los cuadros de Antigua Guatemala se plasman a granel las calles y casas de esa ciudad, pero rara vez aparecen personas. “Es casi como un pueblo fantasma”, concordamos.

También coincido con ellos en que este tipo de obras responden a un interés económico, ligado con el sector del turismo pues sus pintores trabajan para suplir a ese mercado.

En Guatemala el paisaje parece desarrollarse alrededor de los atractivos turísticos y naturales, particularmente los de la carretera hacia el altiplano: las comunidades de Atitlán, Antigua Guatemala, San Juan Comalapa. De esto platico con Flores, para quien estos lugares albergan los grandes referentes del paisaje nacional: el arco de Antigua, el lago de Atitlán, y los poblados con sus mercados, plazas e iglesias.

“Hay que anotar que el paisaje es parte de la formación de los artistas”, apunta resaltando la importancia de esta escuela y de los pintores que surgen alrededor de las regiones turísticas. Pero, también me habla de excepciones, y como ejemplo comenta del potencial de otras regiones, como los volcanes del Oriente del país, los que han sido fotografiados por el lente de Daniel Hernández.

Fotos, acuarelas u óleos, el paisaje no se limita a la belleza natural, y eso lo descubrirá si visita las muestras de Foto30.

ANTECEDENTES
La historia del arte nacional sitúa el paisajismo en los inicios del Siglo XX pero Willy Monsanto me habla de los datos anteriores a esa época, coronada por el trabajo de pinto-res como Humberto Garavito, Alfredo Gálvez Suárez, Jaime Arimany y José Luis Álvarez.

El boom del siglo pasado, y que es el gran referente para muchos de lo que es un paisaje, no fue esporádico sino resultado de un proceso. En 1776, cuando sucedió la traslación de la ciudad al actual valle, dice Willy, aparte del paisaje que acompañaba motivos y personajes religiosos, había un tipo de vistas que poseían carácter de registro topográfico. Su fin no era artístico, más bien era militar o comercial, pero involucraban el paisaje local para integrarlo a pinturas, viñetas, mapas y escudos alegóricos.

De esa época destaca Julián Falla (1787 – 1867). “De él existen unos grabados documentados en la Historia General de Guatemala, publicada por la Academia de Geogra-fía e Historia. Estos registros se realizaron hacia 1834 y retratan sitios arqueológicos en Quiché”, escribió Monsanto en una nota publicada en la revista 32 de Galería Guate-mala. A Falla se suma Delfina Luna de Herrera (1827 – 1912), quien dibujó los hallazgos prehispánicos encontrados en el Ingenio Pantaleón.

En la misma publicación escribió que a mediados del Siglo XIX llegó a Guatemala el suizo Juan Bautista Frener (1821 – 1892), quien fue grabador de monedas (se le atribu-ye la autoría del Escudo de Armas de la Nación) y maestro de dibujo, formó a pintores de caballete y acuarelistas. En fotografía Monsanto destaca al estadounidense Ead-weard Muybridge (1830 – 1904).

Gracias a sus tomas se conocen espacios desaparecidos de la Nueva Guatemala de La Asunción.
Durante el gobierno de José María Reina Barrios (de 1892 a 1898) se creó la primera Escuela Oficial de Bellas Artes, en la que participó Francisco Durini (1835 – 1885), arquitecto que había arribado en el período anterior de gobierno a Guatemala.

Durini, miembro de una familia que dejó obra artística en Centro y Sudamérica, formó a varios artistas locales y propició que destacados artistas de la época visitaran el país. Entre ellos: Tomas Muhr, Justo de Gandarias, Andrés Galeotti y Juan Espósito.

Entre los paisajistas guatemaltecos que brillaron en esos años destacan Agustín Iriarte (1876 – 1962) y Enrique Acuña Orantes (1876 – 1946). “Tanto Iriarte como Acuña, junto a José Cayetano Morales (1874 – 1929), pueden sr considerados una bisagra que une el Siglo XIX con el XX”, apunta Monsanto.

T. José Luis Escobar. jescobar@sigloxxi.com
F. Foto30 y Revista Galería #32, de la Fundación G&T Continental.

Bajo la lupa curatorial

Foto 30 arriba a su séptima edición y por primera vez cuenta con un trabajo curatorial, a cargo de Miguel Flores, Rosina Cazali, Amílcar Dávila y Emiliano Valdés.
Carla Natareno habla con ellos sobre sus experiencias en este festival fotográfico que saturará la agenda cultural de septiembre. El arquitecto Alejandro Paz también participa en el equipo de curadores.
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Miguel Flores
La curación de imágenes ha sido una actividad bastante afín a Miguel Flores, debido al trabajo que ha realizado sobre el estudio de la estética en la fotografía.
Flores curó la muestra de Jorge Linares, Dimensiones variables, y el trabajo presentado por los integrantes del Club Fotográfico.

El curador considera que en esta oportunidad Foto 30 se basó en el discurso del paisaje pero no enfocado en la imagen periodística o turística, “sino el paisaje bajo una percepción como una cartografía o una topografía”.

La selección de las fotografías, dice Miguel, es trabajo que incluye un proceso subjetivo donde se debe tomar en cuenta los símbolos en las imágenes. “No hay recetas pa-ra ver una buena foto; un detalle puede lograr que una imagen se vuelva una buena fotografía. Yo le encuentro muchas vertientes a una fotografía; trato de que la foto me haga clic, en una especie de comunión con el fotógrafo”, afirma quien considera que Foto 30 es un espacio que permite la discusión del trabajo de los fotógrafos.

Rosina Cazali
“El tema, en apariencia es muy fácil u obvio, pero en realidad lo que nos interesa es salir de esa obviedad y estimular a los fotógrafos y a los artistas. Deseamos mos-trar una exposición experimental sobre este tema”, declara Rosina Cazali.

Cazali ha curado en conjunto exposiciones realizadas por el Centro Cultural de España considera que las fotografías del actual Foto 30 mostrarán una percepción del paisaje que incluye escenarios urbanos, contextos individuales o personas, en un festival que desea romper con la parte académica de la fotografía, permitiendo un ejercicio menos rígido y más libre.

“Más que un producto precioso que se colgará en la pared, buscamos imágenes que relacionen el trayecto de la fotografía de una manera inmediata y constante”.
La única curadora de Foto 30 señala que este festival reúne a las personas que saben tratar las imágenes pero que más allá del dominio técnico tienen una visión muy clara del paisaje. “Usan la fotografía para reflexionar sobre un tema recurrente en Guatemala”, establece.

Amílcar Dávila
Este lingüista y catedrático universitario trabaja por primera vez como curador, y en esta oportunidad exploró el profundo campo analítico que ofrece el tema del paisaje.

“Pude notar las provocaciones que tiene el paisaje, sobre todo bajo la noción de país. Guatemala está muy ligada a la naturaleza. Este factor es muy fuerte, pues se tiene una percepción de país bajo los clásicos clichés de un lugar bello”.
Como miembro del comité curatorial, Amílcar contribuyó a la búsqueda de imágenes que mostraran una visión crítica del paisaje, donde se visualizarán espa-cios que van más allá de los lagos y volcanes.

“En este festival se podrán mostrar imágenes que no son del todo bonitas. Como ejemplo, hay dos fotografías que se presentarán en Cantón Exposición. Una de ellas puede ser socialmente muy impactante, pero justamente al lado se ve una imagen de Antigua Guatemala”.

Emiliano Valdés
Este arquitecto está involucrado con el festival debido a su interés en el arte, particularmente el contemporáneo. Es esta línea la que marca su experiencia labo-ral, en los aspectos teórico y de investigación.

Su labor en Foto 30 está encaminada a la funcionalidad de la fotografía como una reflexión de la imagen y un instrumento de autoconocimiento. En la actual edición del festival, refiere Emiliano, se buscó que las fotos pudieran presentar un perfil más amplio, para dejar atrás lo académico.

“Una de las maneras en que se experimentó fue enfatizando la idea de la imagen, pero sin dejar atrás lo fotográfico, para entender las obras como algo más complejo”.
Otro aspecto importante que menciona Emiliano es la accesibilidad que existe ahora para captar imágenes, lo cual demuestra una realidad de la fotografía actual, ya que todos hacemos tomas de distintas maneras, y este ejercicio, dice, ya no es un trabajo exclusivo de los artistas.

T. Carla Natareno. cnatareno@sigloxxi.com.
F. Cecilia Cobar. ccobar@sigloxxi.com

AGENDA
Fotografía
Desde el cielo
MIÉRCOLES 2, 8 P.M. ALIANZA FRANCESA. 5A. CALLE 10-55, ZONA 13, FINCA LA AURORA. ENTRADA LIBRE.
El desarrollo de la relación del ser humano con la naturaleza, durante 200 mil años, se refleja en estas imágenes inéditas, recopiladas en más de 50 países vistos desde el cielo.
Yann Arthus-Bertrand muestra el salto que la humanidad ha dado al interferir con casi 4 mil millones de años en el proceso evolutivo de la Tierra, al explotar de manera desmedida la naturaleza.
Las fotos que inauguran Foto 30 son tomadas del largometraje Home, que se estrenó el pasado 5 de junio, con motivo del Día de la Tierra.

Ida y vuelta
MIÉRCOLES 2, 7 P.M. CENTRO CULTURAL LUIS CARDOZA Y ARAGÓN. 2A. AVENIDA 7-57, ZONA 10. ENTRADA LIBRE.
Retratos de figuras del cine como Gael García Bernal, Paco Rabal, Javier Bardem, Victoria Abril, Rosy de Palma, Ángela Molina, Diego Luna y Eduardo Noriega forman parte de Ida y vuelta, una muestra de César Saldívar.

Dúo español
JUEVES 3, 7 P.M. CARLOS WOODS. 10A. AVENIDA 5-49, ZONA 14. ENTRADA LIBRE.
La obra de Germán Gómez, fotógrafo revelación en Foto España 2008, y Rablaci, escultor y fotógrafo, son muestra de la fotografía española contemporánea. Los condena-dos y Spirit and Matter son las dos muestras que reflejan la mirada del dúo.

Sólo para coleccionistas
VIERNES 4, 7 P.M. GALERÍA SOL DEL RÍO, 14 AVENIDA 15-56, ZONA 10. ENTRADA LIBRE.
Una retrospectiva visual que se enfoca en la comprensión de la obra de Julio Zadik, considerado un punto de referencia para la fotografía moderna en el país. La muestra acerca al espectador a imágenes retratadas por alguien preocupado de develar los procesos de la identidad nacional.

Otras visiones
SÁBADO 5, 12 P.M. CANTÓN EXPOSICIÓN. VÍA 5, LOCAL 3, ZONA 4, CUATRO GRADOS NORTE
El punto de vista de media docena de fotógrafos converge en una muestra que reúne el trabajo de Alan Benchoam, Daniel Chauche, Anne Girard, Michaelle Cozzi, Clara de Tezanos y Julio Zadik. El objetivo es plasmar las cualidades visuales que les atraen del mismo entorno urbano.

Retentiva histórica
SÁBADO 5, 12 P.M. CENTRO CULTURAL IGA, 9A. AVENIDA 0-51, ZONA 4. ENTRADA LIBRE.
Valorar la memoria es algo vital para que las futuras generaciones se acerquen a la historia y comprendan de mejor manera su presente. Por eso, las imágenes de los fotógrafos Ricardo Mata, Ricardo Ubico, Juan Carlos Menéndez, Roberto Quesada y Daniel Chang son recopiladas en la exposición Visiones del Centro Histórico.
taliano
Imágenes Toscanas
Colinas adornadas con cipreses y viejas casas de campo pintadas con colores increíbles y decoradas con los detalles característicos de cada estación son las que presenta Paolo Busato en Paisaje Toscano. El expositor es fotógrafo y nació en Venecia.

Música
Cosecha italiana
JUEVES 3, 8 P.M. TEATRO DICK SMITH DEL IGA, RUTA 1 4-05, ZONA 4. Q50 Y Q25 ESTUDIANTES. SÁBADO 5, 7 PM RUINAS DE SAN JOSÉ EL VIEJO, ANTIGUA GUATEMALA. Q60.
Un repertorio de composiciones originales y reelaboraciones de motivos populares y otros pertenecientes al jazz y a la tradición clásica, presentada en un encuentro generacional entre Luigi Bozzolan y Eugenio Colombo.
Ambos son parte de un núcleo de exploradores que se adentran en lo acústico de la corriente italiana conocida como acid jazz. El primero forma parte de la nueva generación de músicos que orientan el jazz moderno en ese país, mientras que Colombo ha sido uno de los expedicionarios más reconocidos del jazz en la escena europea.
El dúo logra un estilo en el que se conjuga un diálogo intergeneracional, que navega entre los sonidos del piano y la flauta.

Baile
Ritmo brasileño
5 DE SEPTIEMBRE, 7 P.M. SALÓN MUNICIPAL SANTA CATARINA PINULA. 8 DE SEPTIEMBRE, 8 P.M. TEATRO DEL IGA. ENTRADA LIBRE; INVITACIONES DISPONIBLES EN LA EMBAJADA DE BRASIL, 18 CALLE 2-22 ZONA 14.
La percusión se inicia y los cuerpos danzan en el aire, combinando la lucha, danza, música y expresión corporal al ritmo de una tradición cultural y artística que tiene orígenes brasileños. La capoeira angola trabaja el equilibrio mental junto con la inteligencia y promueve el respeto, la responsabilidad y la libertad.

Exposición
Grabados internos
ABIERTA HASTA EL 25 SEPTIEMBRE, HORAS HÁBILES. GALERÍA EL ÁTTICO, 4A. AVENIDA 15-45.
Un salón negro sirve de marco para la exposición Interno Externo de Plinio Villagrán. El pintor y grabador muestra seis calcograbados y monotipos. Villa-grán es integrante del colectivo La Torana y ha expuesto individual y colectivamente, dentro y fuera de Guatemala.

Independencia
Aires de libertad
MIÉRCOLES 2, 9 Y 16. 6:30 P.M. MUSEO POPOL VUH, 6 CALLE FINAL, ZONA 10. Q300; ESTUDIANTES Y GUÍAS DE TURISMO Q200.
En vísperas de la conmemoración del Día de la Independencia, Rodrigo Fernández impartirá un curso de tres sesiones relacionado con la temática independentista. Fernández es catedrático de Historia Política de Occidente en el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales.

Plástica
Trenes y acuarelas
MIÉRCOLES 2, 9:30 A.M. MUSEO DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS, 9A. AVENIDA 9-79, ZONA 1. GUATEMALTECOS Q1. EXTRANJEROS Q8
Las antiguas imágenes de la antigua Estación Central son revividas por los trazos en acuarela del maestro Edgar Rolando Avendaño Vásquez.

Televisión
Si te vi, no me acuerdo
CINEMAX. JUEVES 3, 9 P.M.
La historia de los actores conocidos pero poco recordados de Hollywood es explorada en el documental Face is Familiar. Los artistas han logrado sólidas carre-ras a partir de actuaciones con papeles secundarios, pero sin el reconocimiento del público.

Atracciones de la antigua Roma
HISTORY CHANNEL. LUNES 31, 7 P.M.
Algunos eran esclavos, otros prisioneros de guerra y los menos afortunados eran los condenados de la Antigua sociedad romana. Pero unos cuantos alcanzaron la riqueza y la fama equivalente a la de los grandes deportistas de la actualidad. Este documental analiza la historia de la principal atracción en Roma.

Hacia la tormenta
HBO. VIERNES 4, 7 P.M.
En la continuación de la película The Gathering Storm, se retoma la II Guerra Mundial. Winston Churchill fue el obstáculo más importante del los nazis duran-te esa época. Con su intrépida y retórica autoridad en Into the Storm se muestra cómo inspiró a millones de británicos y a otros miembros del mundo para luchar hasta el final contra Hitler.

Ana y el caos
CINEMAX. DOMINGO 30, 9 P.M.
El espíritu libre de Ana la inspira a volcar su pasión en la pintura. Justine, una promotora de jóvenes talentos, la invita a completar su formación en Madrid junto a un grupo de artistas. La quinta película del director Julio Medem está inspirada en la vida de su hermana, la pintora Ana Medem.

La muerte de Trotsky
HISTORY CHANNEL. DOMINGO 30, 8 P.M.
León Trotsky fue uno de los grandes arquitectos de la Revolución Rusa de 1917, pero al final chocó contra Josef Stalin cuando su oposición izquierdista desafió las normas y el ascenso del despiadado dictador. En su último año de vida, cuando residía en México, un joven logró entrar en el estudio de la custodiada casa para asesinar al gran pensador.

Detrás del Caballero de la Noche
HBO. MARTES 1, 7:20 P,M.
Un programa especial, bajo la dirección de Fernanda Leite, en el que se recapitulan entrevistas exclusivas y testimonios detrás de las cámaras de grabación de Batman: El Caballero de la Noche. El filme toma como punto de partida los comentarios en torno a la última obra cinematográfica de Heath Ledger.

Sobre los pasos del Sholón




El libro de Gustavo Porras, Las huellas de Guatemala, hace revivir momentos críticos de nuestra historia patria, refiere Francisco Ancheyta.
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Hace unos días, F&G Editores puso en circulación el libro Las huellas de Guatemala, escrito por Gustavo Porras Castejón, conocidísimo en el mundo de la política y de los movimientos sociales como el Sholón, un apelativo que hace honor a su enorme cabeza y a su esmirriado cuerpo.

Conocedor de muchos de los sucesos que marcaron a nuestro país en los últimos 50 años, este batallador por la democracia y la justicia social hace un re-cuento de su vida, desde la metamorfosis ciclística (su deporte favorito) de su origen católico hacia posiciones revolucionarias y guerrilleras.

A lo largo de las 369 páginas del grueso tomo, el Sholón nos cuenta los sucesos que le tocó vivir como organizador y orientador de grupos populares, entre los cuales los indígenas fueron una de sus principales preocupaciones. No se calla tampoco los hechos relevantes en los que estuvo envuelto cuando fue el secretario privado del presidente Álvaro Arzú, quien tuvo el honor de ponerle el punto final a una guerra surgida por las incomprensiones en la sociedad guatemalteca.

Dos lecturas
La obra, a mi modo de ver, tendrá inevitablemente dos lecturas, aunque ambas serán de un trasfondo histórico innegable. Para los compañeros de la generación de Porras significa un recuento de hechos resurgidos, y que se pueden palpar. Esas heridas no se han borrado del imaginario colectivo. La otra: el libro forma parte ya de una elaboración teórica, que tendrá que ser vista por los jóvenes y los analistas del futuro como un documento valioso para entender las razones de un conflicto bélico cruento e inhumano.

Lo seguro es que los jóvenes, quienes apenas sintieron el coletazo del enfrentamiento fratricida, no lo sentirán igual que quienes anduvieron por las calles guatemaltecas, como militantes o simples ciudadanos (de ambos lados ideológicos), cuando la violencia ascendió a índices de locura extrema.

Luego de exponer su paso por los grupos católicos (formó parte del famoso Cráter) que trataron de crear proyectos para mejorar la calidad de vida de los pobres, el Sholón relata su recorrido por el movimiento revolucionario. Esta historia es, en mi opinión, una de las más interesantes, ya que él estuvo alzado en momentos en los que el Estado se sentía acorralado, y que por ello las fuerzas de seguridad, ejército, policías y grupos paramilitares, respondieron con inusual violencia.

Actitud insurreccional
A criterio de Porras, y por los informes a los que tuvo acceso, en el Altiplano de occidente había 1.5 millones de personas en actitud insurreccional, con apenas un par de centenas de hombres armados. Y eso fue lo que permitió a los militares desplegar su poderío bélico, hasta aislar a la guerrilla de su base de apoyo poblacional.

Hasta ahora ha habido muy pocos libros en los que se asume una actitud autocrítica, para reconocer los errores de la guerrilla y los éxitos del Ejército. El Sholón asume y analiza por qué los militares lograron imponer su criterio para conducir una guerra local, la cual muchos se empeñaban en colocar como parte del conflicto este-oeste.

Al contrario de lo que pasó en El Salvador, donde los estadounidenses tuvieron incidencia decisiva en la dirección de la guerra contrainsurgente, en nuestro país se echó mano de un potencial de inteligencia más acorde con nuestra realidad.

Ese fue el quiebre estratégico que los militares chapines aprovecharon para aplastar a la población, mayoritariamente indígena, que desafiaba el poder del Estado, considerado una estructura al servicio de los detentadores del poder económico y político.

Hacia la paz
El autor de Las huellas de Guatemala relata también con mucha precisión los entretelones de las negociaciones de paz entre el Gobierno, presidido por Arzú, y la Comandancia General de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). En el libro relata las peripecias que se tuvieron que hacer para salvar, luego de la estupidez, política y humana, de un grupo de guerrilleros de secuestrar a una anciana de la familia Novella.

En todo eso estuvo metido Porras, y su narración, la cual se puede apreciar como si fuera una charla magistral, responde a la inquietud que tienen muchos chapines acerca de conocer los recovecos de un conflicto que marcó nuestra historia para siempre.

Por eso es necesario seguir sobre los pasos del Sholón, pues él fue uno de los primeros en darse cuenta de que la lucha de clases divide (aunque no se pueda negar su existencia real), y planteó algo que todavía está pen-diente: lograr la unidad de todos los sectores sociales, para que juntos, de verdad, puedan derribar la indignante situación de pobreza, y en algunos casos de miseria, en que viven muchos de nuestros compatriotas.

LAS HUELLAS DE GUATEMALA, DE GUSTAVO PORRAS CASTEJÓN. F&G EDITORIES, 2009. 369 PÁGINAS.

T. Francisco Ancheyta. fancheyta@sigloxxi.com
I. Alejandro Azurdia. aazurdia@sigloxxi.com

Novedades

LIBROS
El silencio de Galileo
LUIS LÓPEZ NIEVES. EDITORIAL NORMA
El autor puertorriqueño examina en esta novela histórica la disputada paternidad del telescopio ¿Fue el italiano Galileo Galilei, el alemán Hans Lippershey o los holandeses Zacarías Janssen y Jacobo Metius? Esto es lo que una investigadora de La Sorbona en París debe indagar.
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Siete casas en Francia
BERNARDO ATXAGA. EDITORIAL ALFAGUARA
El escritor guipuzcoano adopta un tono cómico y grotesco para abordar un período histórico poco festivo: el de la época colonial del Congo belga bajo Leopoldo II. Su influencia para escribir esta novela fueron el testimonio que da Mark Twain del cruento régimen impuesto por el rey de los belgas en sus colonias a principios del siglo XX.

Vía revolucionaria
RICHARD YATES. SANTILLANA EDICIONES GENERALES.
Nos llega una edición reciente de la novela Vía revolucionaria, que en los años 60 dio notoriedad a Yates en EE.UU. Cuenta la historia de una pareja, los Wheeler, fremte a la comodidad y monotonía de la vida suburbana. Si vio la versión cinematográfica de Sam Mendes (Revolutionary Road, con DiCaprio y Winslet), quizá le interese ir a la fuente original.

El viaje a la ficción. El mundo de Juan Carlos Onetti
MARIO VARGAS LLOSA. EDITORIAL ALFAGUARA.
El literato peruano se adentra con este ensayo crítico en la obra del uruguayo Juan Carlos Onetti. El estudio se origina de un curso universitario que dictó en 2006 en la Georgetown University, en Washington D.C. Contiene las apreciaciones del autor sobre el trabajo del novelista y también apuntes biográficos y bibliográficos.

La colección del Führer*

PATRICIA SAGASTIZÁBAL
Una persistente llovizna cubría Nueva York desde hacía varios días y por las desiertas calles soplaba una brisa cálida y pesada, cuando un auto se detuvo frente a la puerta de una galería de Greenwich Village. Eran las cinco y cuarto de una madrugada de principios de junio de 1951.
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La luz tenue de un farol apenas iluminaba la vitrina, creando sombras y luces sobre un Rothko y un dibujo de Picasso, también en algunas vasijas indígenas y en una máscara de plata dispuestas sobre una manta color púrpura.

La mujer despidió a su chofer, bajó del auto, miró a su alrededor con recelo e ingresó en la galería. Hacía más de dos meses que el guardián nocturno no la veía, pero era habitual que Lucía von Vevenau viajara, habitual también que se presentara en horas impensadas sin previo aviso.

Lucía atravesó las salas en penumbra, y en cuanto cruzó el umbral de su oficina, encendió la lámpara del escritorio, una tulipa italiana que irradiaba una luz vaga y suave.

Levantó el velo del sombrero que le cubría el rostro y dejó la cartera a un costado. Acaso porque debía apresurarse para tomar algunas determinaciones, dispuso unas páginas de color sepia sobre la mesa y las leyó con detenimiento. Luego extrajo de la caja fuerte otras hojas de similar textura y color. Las comparó.

Fue entonces cuando descubrió el error. Frunció el ceño y sacudió la cabeza. Volvió a observarlas bajo la luz, y cuando todavía no había alcanzado a apoyar-las nuevamente sobre la mesa, sonó el teléfono.

—Ahora que las ha visto, ¿qué opina? —dijo una voz de hombre.

—Estaba a punto de llamarlo. Pienso que podrían ser perfectas, si no hubiera un leve error. Algo no está bien en la fecha de los documentos, ¿comprende?

—Entiendo que va a negarse a pagar lo que valen.
Lucía pestañeó molesta.

—Nada más lejano.

—Sospecha que la engaño, lo sé. Pero puedo mandarle pruebas de que le vendí el original.

Lucía apartó la vista hacia la ventana. Estaba furiosa con ese hombre y sí, claro, pensaba que la estaba engañando. Al menos, estaba sosteniendo en sus manos un pergamino con la fecha adulterada. ¿El hombre había dicho que le enviaría una prueba por correo?

—¿Cómo es eso?

—He sacado fotografías.

Lucía apretó los labios.

—Eso no es posible. Y no debe ofrecérselo a nadie más, lo sabe, ¿verdad?

—Teme que me descubran y lleguen a usted. Tal vez ya estén cerca y...

El hombre tosió, farfulló una palabra que no se entendió y de pronto optó por callar. Se hizo un silencio, señal, intuyó Lucía, de que tenía otras pruebas para el intercambio, aquello que no le había entregado todavía. Señal también de otra cosa.

El soldado Herbert, que había roto su silencio para venderle a Lucía lo que sabía y ocultaba, vivía en estado de zozobra. Como soldado del Reich, había trasladado a fines de 1945, desde las cuevas de sal en Austria hasta la Toscana, un cargamento secreto: los siete cuadros que la Hermandad Primorum Santi había obsequiado al Führer al nombrarlo integrante, cuando el régimen estaba en su apogeo. Lucía sabía que ahora, en su vigilia paranoica, el soldado quería obtener más dinero. No solo estaba enfadada con el atrevimiento del soldado, sino que temía su desatino.

—Debió consultarme antes de tomar esas fotografías.

Lucía lo oyó rumiar algo en voz baja, y cuando se inclinó sobre el documento que examinaba, vio algo. Sacudió la cabeza como si no entendiera, y luego ex-clamó:

—¡Falta una página! La continuación de uno de los pergaminos, ¿no es cierto?

El hombre vaciló. Carraspeó con inquietud y luego dijo:

—Es verdad, pero esa única página vale más de lo que tiene en su poder. No quiso comprenderlo aquella noche, ¿recuerda, verdad?

—Fui una tonta, sin duda alguna. Le pagaré lo que me pidió. Pero debe decirme dónde está.

—Fíjese en el cuadro que compró el primer día. Estuvo allí desde el principio.
Lucía levantó la vista. Sus ojos azules brillaron en la penumbra. El cuadro de Hals apoyado contra el mueble de ébano resplandecía con la arrogancia majes-tuosa de una verdadera obra de arte. Cualquier sospecha sobre la actuación del soldado Herbert se terminaba con la mención del dinero. No tenía caso discutir cuando podía pagar.

—Tendrá lo que quiere —dijo Lucía—. Mañana a las diez, en la oficina de correo.

Adiós.

Apoyó el teléfono sobre la horquilla y caminó hacia el cuadro. El retrato de la vieja ebria, construida con tempestuosas pinceladas, tenía algo demoníaco, como si esa imagen hubiera sido tomada en el instante del alcohol y la locura.

Como si aquella mujer viviera en la poderosa forma naturalista que Hals había dispuesto con las pinceladas de color negro y blanco. Rozó el contramarco, y todavía con la mirada en la sonrisa desdentada de la vieja del retrato, respiró satisfecha. Había encontrado el último de los pergaminos, el número siete.

*ESTE FRAGMENTO PERTENECE AL PRIMER CAPÍTULO DE LA COLECCIÓN DEL FÜHRER, NOVELA INCLUIDA EN LA COLECCIÓN LA OTRA ORILLA DE LA EDITORIAL NORMA.

El nuevo bar del Centro


José Luis Escobar describe una opción para degustar un café o una copa de vino, antes o después de visitar la exposición de turno.
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BAR CENTRAL
7a. avenida 12-32 zona 1.

Una sala de exhibiciones y un bar comparten los ambientes de (Ex) céntrico, un espacio habilitado por el Centro Cultural de España cuatro meses atrás, en plena zona 1.

¡Vaya simbiosis! El Centro se encarga de calendarizar exposiciones y charlas para quienes buscan nutrir su apetito cultural, y el Bar Central, que opera en el primer nivel de este recinto, suple los alimentos y las bebidas.

A la agenda del centro cultural se suma la propia del bar, con noches especiales para melómanos como los miércoles Ipoderos, ideados para “reivindicar al dj que todos llevamos dentro”, según reza en los volantes electrónicos que difunde el bar desde su perfil en Facebook.

La oferta musical se complementa con la alianza que de momento el bar gesta con la editorial Libros mínimos y la librería Sophos, para publicar obras en pequeño formato y realizar lecturas temáticas cada 15 días.

El ambiente en el Bar Central es un tanto camaleónico. La barra, los sofás y las sillas de porte antiguo atraen, de día, a los trabajadores del sector (así como a los estudiantes, maestros, artistas y colaboradores que frecuentan el Centro Cultural Metropolitano) y, al caer la tarde, cautivan al público que busca el solaz en los bares del Centro Histórico.

Con una selección de música bastante ecléctica (siempre a un nivel moderado) la amalgama de su clientela, sin importar la hora, tiene asegurada una atmósfera relajada en las dos salas del lugar; ante ella es imposible negarse una taza de café o una copa, el día que sea, pues este sitio abre de lunes a domingo.

¿Los clientes? ¿La música? ¿Los sofás? O quizá sus precios para nada exorbitantes. En la receta del éxito que este sitio comienza a tener, el menú es un ingrediente vital. Hay un toque casero (salsas) en las pizzetas (entre Q22 y Q25), baguetes (entre Q20 y Q30) y bagels (Q18).

Los embutidos y quesos que se utilizan en su preparación son importados y también se ofrecen como entradas (Q60 y Q70). Las baguetes de jamón serrano y chapina (frijol con pico de gallo) son de las más pedidas. Para los vegetarianos hay ensaladas (entre Q22 y Q26) y licuados de fruta.

En el mobiliario, detrás de la barra destaca un ropero (que combina con el estilo de las sillas de apariencia antigua). De las botellas de su interior se sirven copas de vino, y preparados de vodka y ron. También hay cervezas. Todas estas bebidas cuestan Q15, y Q13 cuando es la hora feliz (de 6 p.m a 8 p.m.).

7 DÍAS
El bar abre toda la semana. De lunes a miércoles de 8 a.m. a 12 m. De jueves a sábado, de 8 a.m. a 1 a.m. Los domingos de 9 a.m. a 8 p.m.

MÚSICA
El próximo jueves, a las 8 p.m. se presenta el dj basico3 con aeroSonico, un concierto electrónico que exprime los sonidos a sintetizadores (antiguos y modernos) y a la batería. La entrada es libre.

VIGILANCIA
Hay servicio de seguridad privada. A partir de las 8 p.m. se puede estacionar en la calle. Durante el día hay parqueos aledaños. Por las noches está abierto el parqueo del Centro Comercial Capitol.

T. José Luis Escobar. jescobar@sigloxxi.com
F. Cecilia Cobar. ccobar@sigloxxi.com

Dumi... ¿qué?


¿Alguna vez se ha preguntado cómo se fabrican las memorias portátiles (USB)? Pues en el blog dumitraqui hay un video que muestra ese proceso.
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También hay un post en el que se habla de la “personalidad” de las páginas web. ¿Qué aspecto cree que tienen sitios como Twitter, Facebook, Google, Youtube y Wikipedia?

Visite este sitio dedicado a la tecnología y salga de dudas y, de paso, entérese de las debilidades, fortalezas o expectativas de los nuevos productos de hardware o software, así como de lo que le ocurre a sus fabricantes.

Este blog cuenta con 66 seguidores, sea uno de ellos y deje de ser último en enterarse del cambio que su navegador ha hecho.

En dumitraqui es importante lo que sucede en el país. Estuvo al tanto del día en que la página de Twitter sufrió una caída y, además, informó del problema que hubo en la blogósfera chapina cuando por tres días consecutivos no se pudo visitar ninguna bitácora de Wordpress.

Y, desde luego, este sitio siguió el caso del twittero @jeanfer hasta que los tribunales de justicia lo desligaron del proceso penal por pánico financiero.

El pasado 6 de junio dumitraqui cumplió tres años de vida y, para entonces, tenía contabilizadas más de 2,200 entradas, un promedio de dos post al día.

T: José Luis Escobar

La licencia poética y las leyes de la naturaleza

Jack Schuster* Bichología
Me gustaría empezar por corregir algo que dije en la columna pasada. Dije que, para un científico, una teoría es una hipótesis comprobada. La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos no la define así. Más bien, la define como “una explicación bien sostenida de algún aspecto del mundo natural que incorpora hechos, leyes, inferencias e hipótesis comprobadas” (énfasis mío).
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O sea, para los científicos, una teoría es más que una hipótesis comprobada, ¡aun más que una ley! Por esta definición la Teoría de la Evolución es una teoría. Igual como la Teoría de la Gravedad.

Aunque recibí comentarios sobre mi última columna, nadie me mandó la definición moderna de la evolución de la vida. (Obviamente, se puede hablar de la evolución de estilos de carros, o algo un poco más biológico, la evolución de la moda de vestir de mujeres en traje de baño).

La evolución es el cambio en el porcentaje de genes (alelos) en una población. Nada más. No hay controversia aquí. Hablamos del gen de color de ojos con 2 alelos (expresiones) café y azul.

Obviamente es posible cambiar el porcentaje de genes en una población. Hay 4 maneras.

1) Por mutación (un rayo X afecta una esperma cambiando el alelo café a azul).

2) Por emigración o inmigración (todas las chavas con ojos azules salieron de una isla. Cambió el porcentaje de alelos en la isla).

3) Por Deriva genética al azar: supongamos que yo, un jorobado y varias otras personas estamos en un crucero en el Pacífico. Choca el barco con un arrecife y naufraga. Doce personas sobreviven y llegan a una isla desconocida: 10 mujeres, el jorobado, y yo. No hay esperanza de rescate. Pero hay bastante que comer: zompopos, chapulines, libélulas, chinches, larvas de ronrones, todos insectos que se comen en Guatemala y/o México (la bichología de la columna).

Resulta que soy la única persona con ojos azules en la isla. Pues, magnánimo como soy, hablo con el jorobado y nos dividimos las chavas: 7 para mí, 3 para él. Entonces, escojo a una y la invito a caminar por la playa.

Llevo una sábana que encontré del crucero y, al encontrar una manada de cocoteros (OK, yo sé que no andan en manadas… es licencia poética) la invito a descansar a la sombra. Acostado a su lado, le digo: “Fijate, chula, no te gustaría hacer…”

Cuando, de repente, un coco me cae en el coco y me mata. Fue simplemente mala guasa… El cocotero no me escogió para matarme porque tengo ojos azules. Fue pura chiripa pero cambió drásticamente el porcentaje de alelos en la isla. Esto es la Deriva genética al azar.

4) La última, y más importante, manera de cambiar el porcentaje de alelos es por Selección natural. Y aquí es donde los creacionistas se quejan. Pero, primero, ¿Qué es la Selección Natural? ¿La supervivencia de los más aptos? ¿Más aptos para qué? ¿Sobrevivir?

Hummm. Me parece que hay un poco de razonamiento circular aquí. Creo que voy a dejar esta como una pregunta para la próxima columna: ¿Qué, en verdad, es la Selección Natural?

A ver cuántas personas me contestan. Si nadie, pues, voy a tener que discutir sobre una huerta de cerdos sésiles que cayeron del cielo cuando perdieron sus alas, quedándose plantados, hocicos abajo, comprobando al fin la Ley de Gravedad del gran cerdo en el cielo: Pig Newton. (También, puede escribirme si quiere revocar mi licencia poética).

*El doctor Jack Schuster (jschuste@uvg.edu.gt) es director del Laboratorio de Entomología Sistemática de la Universidad del Valle de Guatemala.

Academia, historia y escritura

Lorena Carrillo Padilla | Historiadora



Jaime Barrios entrevista a una guatemalteca que ha hecho una significativa carrera en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Puebla.
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Lorena Carrillo Padilla llegó primero a México, como estudiante, para luego volver como exiliada. “Nací en la ciudad de Guatemala, hace más de 50 años, y he vivido más de 25 en México. Esa doble pertenencia ha sido suficiente para borrar patrioterismos estrechos, pero no la añoranza de los afectos y las sensaciones primarias que nada puede sustituir”.

Esta historiadora guatemalteca ha hecho una significativa carrera en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Puebla, donde ha obtenido reconocimiento por las investigaciones realizadas y por su labor docente.

“En todos estos años he dado clases a muchas generaciones de jóvenes mexicanos, desde bachillerato hasta posgrado. Incluyo en mis clases lecturas sobre Guatemala, informo sobre autores, obras y acontecimientos. Para mí es importante que los jóvenes mexicanos conozcan a su vecino del sur y articular nuestro país al resto de América Latina”, dice refiriéndose a su interés constante por temas guatemaltecos, que la han llevado a la producción de una encomiable obra, entre monografías y ensayos.

“Crecí escuchando las lecturas en voz alta de los cuentos que escribía mi padre, y a mi madre estudiando sus parlamentos y personajes. Mi casa era frecuentada por pintores, bailarines, actores y escritores: Iris Álvarez, Chema López Valdizón, Marco Augusto Quiroa, Julia Vela, Consuelo Miranda, Manuel José Arce, José Mejía y muchos otros eran visitas habituales. Desde muy temprana edad, sin duda sensibilizada por el contacto con el medio artístico, nada del país me fue indiferente y quise saber y conocer sobre todo lo que pasaba. La sensibilidad ante lo que era Guatemala y las preguntas acerca de por qué eran así las cosas me llevaron a estudiar Historia”.

Los estudios de género, las historias de mujeres, lo testimonial y lo narrado, han sido temas de gran interés para Lorena. “En el trabajo profesional y la vida académica, como mujer, no solo descubrí que nosotras protagonizábamos la historia de un modo diferente, sino también lo importante que era con-tribuir a ese gran proyecto inacabado: de investigar la historia de las mujeres, un plan en el que hoy están comprometidas valiosas colegas en el país”.

Esta historiadora se interesa en la narrativa histórica. De eso trata su último libro Árbol de historias, obra en la cual ha reflexionado sobre textos emblemáticos de Severo Martínez y Luis Cardoza y Aragón, haciendo una lectura nueva de los textos de esos autores clásicos de Guatemala para establecer una relación de continuidad entre ellos.

“Me interesa la obra de los intelectuales guatemaltecos. También estoy trabajando en un proyecto sobre la escritura autobiográfica y ensayística de guatemaltecas y centroamericanas, y, también estoy enfocada en el tema del exilio, específicamente las cartas escritas desde el exilio”.

Puede afirmarse que Guatemala ha sido el gran tema de fondo en la obra de Carrillo Padilla. Ella misma afirma: “Lo fundamental de mí se formó en Guatemala, pero México me ha enriquecido enormemente. Vuelvo a Guatemala con frecuencia, ahí se nutren mis temas de trabajo y también mi corazón”.

T: Jaime Barrios Carrillo. jbarrios@sigloxxi.com
F:
Archivo, Siglo 21.

Don R

Fernando Reiter


Reiter
es estudiante de la escuela de Ciencias de la Comunicación de la Usac. Descarga sus tristezas y alegrías en el papel, por medio del dibujo.
blackcopy.deviantart.com, fernando.radgost@yahoo.com.