domingo, 30 de agosto de 2009

“Dejé todo por ser bailarín”

Roberto Castañeda


José Luis Escobar entrevista a uno de los bailarines fundadores de la Escuela Nacional de Danza, que este año festeja su 60 aniversario. Descubre a un hombre que supo fusionar arte y deporte.
Seguir leyendo...
La primera reunión que sostuve con Roberto Castañeda fue en la Escuela Nacional de Danza (Endanza). Después de 45 minutos de charla, me guió en un recorrido por el salón principal de esa escuela, que vio nacer hace seis décadas y que celebrará su trayectoria esta semana (lea 60 años de la Endanza).

Quien fue el primer bailarín del Ballet Nacional cuando esta institución recién se formó en 1948, justo un año antes que se fundara la Endanza, tiene hoy 80 años y posee una vitalidad que todo joven envidiaría.

Y no es para menos; a la disciplina física que exige la preparación en danza, el maestro agregó, desde su adolescencia, el levantamiento de pesas, las artes marciales, el yoga, el taichí y la arquería.

Roberto se hace acompañar del buen humor; sabe encontrar el momento para colar una broma o un comentario que logra robar alguna sonrisa a sus interlocutores. Lo hace con una voz profunda, conservando ese estilo ceremonioso que en sus años rigió la locución radial.

“En este lado están las fotos de todos los que han dirigido la Escuela. En la otra pared, los directores del Ballet Nacional”, me dijo cuando llegamos al salón de ensayos.

La entrevista había terminado y creí que únicamente me invitaba a recorrer visualmente los muros, pero me llevó hasta una tercera pared, que también hace de galería, y comenzó a extraer de cada foto un recuerdo.

“Este es el primer grupo de bailarines que tuvo el Ballet; yo soy ese”, indica, señalando el rostro de un joven de 19 años. Esa fue la primera de muchas evocaciones de amigos, ensayos y presentaciones del Ballet. Sucedió lo mismo cuando llegamos a los retratos de los directores.

Para cada nombre, Roberto tenía una explicación: “Ella logró que se reabriera la Escuela de Danza. Él fue un brillante bailarín; esta otra tenía una presencia única en el escenario”.

La búsqueda de los bailarines, la integración del primer cuerpo de danza del Ballet Nacional y la fundación de la Escuela, sus inicios en plena época revolucionaria seguida del cierre que vivió durante la contrarrevolución, así como su reapertura y la época de oro que vivió en las décadas pasadas... Las anécdotas de Castañeda condensaron en 15 minutos la historia del Ballet y de la Escuela, las cuales están íntimamente ligadas en sus orígenes (lea Memorias).

Los recuerdos del maestro cerraron nuestra primera reunión y, también, abrieron la segunda, cuando lo visité en su hogar. Llegué a buscar un currículo y terminé ojeando un álbum con más de un centenar de imágenes.

En todas había más de alguna anotación y recogían diferentes épocas de su vida. En nuestra primera reunión rehusó hablar detalladamente de esas actividades ajenas a la danza.

“Es que va a sonar muy presuntuoso si le cuento todo lo que he hecho”, me dijo y soltó una carcajada intentando desviar mi curiosidad. Pero ante mi insistencia, escuetamente me comentó que ha hecho “algo de deporte y que tiene algunos estudios”.

Resulta que para este bailarín “algunos estudios” quiere decir una maestría en Psicología, un profesorado en Pedagogía y Ciencias de la Educación, y una licenciatura en Planeamiento (sin tomar en cuenta las clases relacionadas con su formación dancística).

“Hice gimnasia, lucha libre y olímpica, clavado y artes marciales”, se anima a decir ante mi insistencia. Eso explica el póster de Bruce Lee que figura en la decoración de su estudio.

No muy lejos, veo también algunas de las armas que manejó: sai, tonfa, katana, tanio y nunchaku (chacos). En una nueva broma del maestro, que alcanzó la cinta café en shito ryu y la amarilla en taekwondo, me dice que el famoso actor de las películas no se le compara.

“En 1951 gané una serie de medallas en un campeonato nacional de arquería. Hice yoga por 26 años y desde hace 38 soy maestro de taichí. Y mejor si no lo publica pero tengo los poemas que escribí de joven, pero están escondidos porque me dan vergüenza”.

El maestro ríe otra vez y agrega que en realidad “no son tan malos”, recalcando que le encanta la poesía, tanto que de los dos anaqueles con libros que tiene en su habitación uno lo destina casi en su totalidad a este género literario.

Las primeras páginas del álbum me ayudaron a visualizar toda esa faceta deportiva del maestro. Vi fotos del cuerpo que cultivó en su adolescencia y con el que quiso ser campeón mundial de pesas, así como sus entrenamientos marciales, y desde luego, fotos de los personajes que ha interpretado en el escenario.

El recorrido visual me permitió apreciar cómo fusionó la disciplina deportiva con la dancística. Ambos conocimientos, sumados a su experiencia, lo han llevado a escribir su propio método de enseñanza de baile, en el que procura una formación integral del estudiante. Sus métodos, asegura, están basados en la kinesiología.

Pero, cuenta, el método “es un tremendo documento que hasta miedo da mandarlo a imprimir, por eso lo dejé guardado; pero hice uno más simple, de 200 clases. Como investigador de la danza he hecho mis propios métodos. Nadie los sigue porque son muy nuevos y exigentes. Pero he presumido de que pretendo señalar cosas útiles que incluso le pueden servir al magnífico método cubano (el más aceptado de momento). Sé que suena abusivo pero ¿qué puedo hacer, si tengo ojos abusivos, una cabeza todavía más abusiva y una personalidad abusiva?”.

Castañeda ha impartido el curso de Historia de la danza, y actualmente enseña Composición coreográfica. En el escenario ha demostrado su destreza en las diferentes técnicas de baile, así como en la actuación y dirección teatral.

Trabajó 22 años en la Compañía de teatro para niños (y en 10 grupos teatrales más) y montó obras de Poesía coreográfica, un híbrido entre declamación y danza.

El maestro admite que no sabía mucho de ballet cuando recibió la invitación para formar el primer grupo profesional de baile del país. “Me entró la cosquillita y empecé a investigar”, recuerda.

Así, se informó en libros, aprendió francés e inglés y, eventualmente fue incorporando la experiencia del deporte al baile. “En su momento, dejé todo por ser bailarín: el empleo, mis estudios, la novia (bueno, una, porque el maestro se casó tres veces) hasta me echaron de la casa y me pegaron en la calle”.

“Creo que ya me puedo reír de todo eso”, cuenta el maestro después de seis décadas entregado a la danza. Mientras, se prepara para una fotografía y va a su armario para buscar el chaleco azul que vistió en una de sus primeras presentaciones y el último par de zapatillas que usó.

Memorias
“Yo soy uno de los fundadores”, afirma el maestro Castañeda al hablar del Ballet Guatemala. “En ese entonces se hizo una primera función y yo fui el primer bailarín. Sé que me preguntó por la Escuela Nacional de Danza, Endanza, pero para entender cómo surgió la Escuela primero hay que hablar del Ballet”.

Una vez cobró vida el Ballet, señala el maestro, fue necesario crear una institución para garantizar la formación de más bailarines, así surge Endanza, en 1949. Castañeda, junto a otros jóvenes, fue instruido antes que el Ballet existiera. Fue su maestra madame Marcelle Bonge, la primera directora de Endanza; la escuela lleva su nombre.

El maestro Roberto inició sus estudios de ballet el 22 de enero de 1948 a las 18 horas con cinco minutos, según plasma en su hoja de vida. Anterior a esa fecha, bailaba tap y popular. Su primera aparición en público fue el 16 de julio de 1948, en el Teatro Capitol (6a. avenida entre 12 y 13 calles, zona 1).

En el conjunto Ballet Guatemala ha sido primer bailarín, solista, bailarín de carácter; co-director, maestro y coreógrafo oficial. Aparte, ha dado cátedra de Historia de la Danza, y Teoría, folklore y movimiento creativo. Como bailarín se desenvuelve en las áreas de danza clásica, moderna y de carácter.

60 años de la Endanza
La Endanza festejará en septiembre los 60 años de su fundación con un programa de homenajes a algunos de sus egresados. La cita es en el Teatro de Cámara del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, este martes y miércoles. La admisión es gratuita.

El martes 1 de septiembre, el maestro Castañeda dará una charla sobre la historia de esta escuela y se hará un reconocimiento a jóvenes egresados que destacan en la escena nacional. La actividad se inicia a las 4 p.m.

Los homenajeados son: Nancy Urla, solista del Ballet Guatemala e integrante de Unidanza; Urla ha impartido clases en Londres. Vanessa Rivera, quien hizo estudios en Italia y dirige la academia Cdanza. Lilian González, del grupo de danza contemporánea Momentum. Y Marcio Chamalé, miembro del grupo Otredad y corresponsable del aula de investigación de la Endanza.

El miércoles 2 de septiembre, a las 6 p.m., se reconocerá a figuras consagradas que se graduaron de la escuela y que hoy dirigen otros centros de formación: la academia Marcelle Bonge, dirigida por Sonia Juárez; la Escuela Municipal de Danza, dirigida por Reyna Silva; el grupo Fuga, compuesto por varias egresadas; Body ArtStudio, de Antonio Luissi; el grupo Otredad, compuesto por una de las primeras promociones de danza contemporánea de la Endanza; Dance Circle Ballet, dirigida por Ana Elsy Aragón y Elías Colón; y, del Ballet Guatemala a Amalí Selva.

Cada uno de estos centros presentará una coreografía, de aproximadamente 10 minutos de duración. En la muestra participa también la Endanza, dirigida por el licenciado Francisco Miranda.

En pocas palabras
Música
“Soy melómano. He escuchado todas las sinfonías, unas 700. Soy fanático de la música. La pongo desde las 8 a.m hasta que me acuesto, a la 1 a.m. Como coreógrafo tengo que conocer mucho de música. En 51 años he producido 140 obras”.

30 años
De 1948 a 1978, bailó alrededor de 1,500 funciones en las cuales hizo 157 papeles, en 137 obras en Guatemala, Rumania, Argentina, Ecuador, México, Estados Unidos, Colombia y el resto de Centro América.

Construcctor
El maestro también gusta de la carpintería. Él mismo fabricó las puertas de su hogar. Practicó el aeromodelismo y gusta de armar rompecabezas..


T: José Luis Escobar. jescobar@sigloxxi.com
F: Cecilia Cobar. ccobar@sigloxxi.com

1 comentarios:

Anónimo dijo...

yo tuve el honor de ser alumna de Roberto Castañeda, es una gran persona y un gran maestro. y posee mucho conocimiento.felicidades por la entrevista