domingo, 3 de enero de 2010

El santuario natural de Sacatepéquez

En el lugar conocido como Montaña Carmona hay un paraíso para las aves y un refugio para quienes huyen del concreto citadino. Oswaldo J. Hernández visita esta finca, localizada a pocos minutos de Antigua Guatemala.
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Bastan 10 minutos para alejarse lo suficiente de Antigua Guatemala y encontrar un cerro gigantesco en cuya cima son distinguibles (ya por la topografía) tres cumbres de tamaño respetable y bien conocidas por los lugareños: El Cucurucho, Montecristo y Las Minas. Unidos así, a esta conformación geográfica poco habitual la han bautizado con el nombre de Montaña Carmona, y en sus faldas los antigüeños han mantenido oculta, como pequeño secreto, a la Finca el Pilar, un área verde de 11 caballerías (150 hectáreas) ubicada en San Cristóbal El Bajo, 3.5 kilómetros al sur de la ciudad colonial (lea Cómo llegar).

Esta atracción ecológica, abierta al público desde hace 2 años, desde el principio se entiende como un proyecto de conservación de la biodiversidad que caracteriza a la región del departamento de Sacatepéquez, para ello, lo que antes era una especie de pantano, ahora funciona como un parque de recreación que incluye desde piscinas, estanques de cultivo de tilapias, cosecha de café, hasta un recorrido de aviturismo, puntos de observación sobre la ciudad de Antigua Guatemala y más de 15 kilómetros de carretera intermontaña para recorrer en automóvil, a caballo o a pie.

Al entrar en la finca, el ruido suave pero ronco de una bulldozer en sempiterna actividad dará un breve indicio de la cantera que funciona en una de las laderas de la montaña. Avanzando, y sin dejarse llevar por esa primera impresión, el visitante poco a poco se irá internando en la más verde y absoluta vegetación. Encontrará allí una pequeña sección de piscinas y algunas cabañas dedicadas a la administración del centro recreativo. La información de la administración consiste en varias opciones para recorrer la totalidad de la finca o sólo nadar un poco y refrescarse en las albercas que contienen “agua de montaña”. Una de las posibilidades que presenta el parque consiste en ascender directamente en auto o a caballo hacia la cima de la montaña Carmona y luego descender por el sendero, de 1.5 kilómetros, dedicado a la observación de aves. La segunda opción es más o menos lo mismo, sólo que en sentido contrario (ascender el sendero y descender, en auto o a caballo, desde la cima de la montaña).

La posibilidad número uno “es la más recomendable”, dice el guía Moisés Batres, haciendo énfasis en “el menor desgaste físico que se requiere”. Aunque se deja a elección del visitante la última palabra en cómo quiere realizar el recorrido.

Puntos panorámicos
Quince kilómetros de carretera que serpentean las faldas de la montaña esperan al visitante en su camino hacia la parte más alta de la finca. Pero adentrarse en esa ruta significa descubrir, en cada curva, una nueva intersección. Los 15 kilómetros mencionados se entrecruzan a cada instante mientras se sube cada vez más por un trayecto que cualquier tipo de auto puede recorrer con facilidad. Otro de los guías, Flavio Cano, previamente ha “confirmado” la imposibilidad de perderse al dar razón de que “cada camino lleva de nuevo a la finca El Pilar; es decir, a la salida”.

Antes de llegar a la cima, el trayecto, de forma muy natural, guía al visitante a una de las paradas obligadas: el mirador con vista al Valle de Panchoy. La vista incluye distintos lugares conocidos como la ciudad de Antigua Guatemala, Pastores, el Cerro de la Cruz e incluso parte de Chimaltenango. “Es recomendable llevar un buen par de binoculares”, explican los guías.

Finca el Pilar ofrece otro tipo de actividad al estar en la parte más alta de la montaña. A lo largo de casi 200 metros de terreno se han construido 6 cabañas. El visitante puede tomar un prolongado descanso, merodear en las instalaciones de una finca colonial en funcionamiento e incluso alquilar (por mes) cualquiera de estas cabañas y ser recompensado por una de las mejores vistas de los tres volcanes más importantes de la zona central de Guatemala: Fuego, Acatenango y Agua. El panorama también se matiza con varios pueblos pintorescos como San Pedro las Huertas, San Mateo y Ciudad Vieja. La altitud es casi de 2 mil 650 metros sobre el nivel del mar. (lea: Servicios)

El sendero de las aves
Casi a la mitad de la montaña Carmona, en la intersección de los cerros Las Minas y Montecristo, el centro recreativo esconde su mayor atracción. Se trata de un sendero artificial con gradas y pasos de madera que se adentra en el corazón de la montaña y recorre infinidad de microhábitats y diferentes tipos de bosques lluviosos mientras funciona como la mejor plataforma para realizar observación de aves.

El sendero, de casi 2 kilómetros, está habilitado desde finales de 2007 y, según el guía Moisés Batres, “fue construido y diseñado por sólo 5 carpinteros”. Además, existen fuertes indicios de que en este punto específico de la montaña existía el caudal de un río gigantesco. Hay raíces de árboles centenarios que sobresalen de la superficie del terreno, como también enormes rocas que forjaron una singular estructura en el diseño de la senda artificial.

Si uno tiene suerte, según informa el guía, durante el recorrido de aproximadamente 45 a 60 minutos, la fauna puede aparecer en una infinidad de facetas como el zorro gris, el puercoespín, serpientes, lagartos, mapaches, ranas de varios tipos, comadrejas, e incluso algunas mofetas.

El sendero resalta la importancia del aviturismo y a lo largo de su estructura se han habilitado comedores especiales para aves. A estos lugares de observación se acerca todo un catálogo muy exótico de diversas especies de aves propias de la región de Sacatepéquez, como la paloma montaraz común (Penelopina nigra), el anambé degollado (achyramphus aglaiae), la chara gorjinegra (Cyanolyca pumilo), la tangara aliamarilla (Thraupis abbas), el turpial guatemalteco o zanate (Icterus maculialatus), el fandanguero rojizo (Campylopterus rufus), la gema de garganta verde (Lampornis viridipallens), el momoto garganta azul (Aspatha gularis) y una gran diversidad de colibríes como el pardo, el rutilante o el verdemar.

Esta última especie, el colibrí, es la gran protagonista de todo el centro ecológico. Tanto es así que en la parte inferior del parque se ha montado un santuario exclusivo para su observación. El recinto cuenta con un comedero especial para atraer a este picaflor. “Una de las criaturas más fascinantes de observar es el colibrí. Pero no es bueno pestañear o lo perderá de vista. Sus alas se mueven demasiado rápido, zumban. Pero si se les proporciona un hábitat seguro y confortable, ellos simplemente acuden”, explica el guía Batres.

Antes de concluir el recorrido, las instalaciones de El Pilar brindan a los exploradores un final refrescante. La montaña ofrece varios nacimientos de agua, dos de ellos muy cerca del paso del sendero artificial, y de ellos se ha canalizado el líquido de tal modo que existen varios surtidores de agua a lo largo del recorrido y cerca de las áreas de descanso y, por supuesto, las piscinas.

CÓMO LLEGAR
Finca El Pilar se encuentra a 3.5 kilómetros del parque Central de Antigua Guatemala. Partiendo de allí, camine hasta la Pileta de la Unión (7a. avenida Sur y ruinas de Santa Clara). A una cuadra está la Iglesia San Francisco, la cual marca el inicio de la llamada Calle de Los pasos. Esta ruta lo lleva a Santa Ana, en donde se encuentra el Instituto Para Varones (INVAL); a su izquierda está la carretera que conduce a la Iglesia San Cristóbal El Bajo. El tramo es aproximadamente de medio kilómetro, en cuyo final está el ingreso a la finca. El recorrido en auto o tuc tuc puede durar de 10 a 15 minutos. Para más información llame al teléfono 7832-4935.

SERVICIOS
La tarifa para el uso completo de sus instalaciones es única. La admisión al parque, incluyendo el sendero de las aves, el uso de las piscinas y la visita a los puntos panorámicos es de Q40 por persona e incluye, si se avisa con antelación, el servicio de guía.
Sin embargo, existe la posibilidad de utilizar únicamente las piscinas por sólo Q10 por persona. Y preguntar por el servicio de paseo a caballo, cuyo precio oscila dependiendo de la temporada.
Existen seis cabinas para alquilar en la cima de la montaña Carmona. Su precio mensual es de Q800. Cada cabaña cuenta con los servicios básicos.

T. Oswaldo J. Hernández ohernandez@sigloxxi
F. Morena Pérez mperez@sigloxxi.com

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