domingo, 18 de octubre de 2009

Ibemini: un mundo extraordinario y apabullante


Jorge Sierra reseña una compilación de música garífuna grabada y producida por guatemaltecos y editada en España, la cual revela una insospechada riqueza sonora.
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“La selección (de temas) de este disco no ofrece demasiadas pruebas adicionales de la influencia del África occidental sobre la música latina como lo pinta este retrato-audio de música folclórica poco conocida, indestructible eso sí, llena de fuego e increíble diversidad. Y quizá debido también a que se centra en la música de la cultura garífuna es que registre tanta intensidad. En cualquier caso, esta es sin duda la música más contagiosa que cualquiera que se haya producido este año”, así opina, en un acto de franqueza, el crítico Bruce Miller en su reseña para la revista neoyorquina Dusted, sobre Ibemini, garifuna traditional music from Guatemala, un registro sonoro de Alfonso Arrivillaga, lanzado por el sello Sub Rosa y producido por Juan Carlos Barrios.

Barrios, ex guitarrista de Bohemia Suburbana, radicado ahora en España, se ha dedicado en los últimos años a explorar otras músicas, incluido el world music, con resultados sorprendentes.

Es una especie de buscador de perlas en el hondo océano sonoro de la música mundial. Y uno de sus hallazgos se materializa en esta placa compuesta de veintiún cortes, incluido el bonus track, Wanaragua, por cierto, auténticamente dancístico.

El álbum abre con un llamado hecho a base de conchas de mar, cual trompetas, que se titula Wadabuaguei. A continuación, después de un terreno es-trecho, se abre para ofrecer un inmenso mar de ritmos, instrumentos y cantos.

En efecto, a partir de Aguhuya nidugueñu (Mi familia se va), basado en el ritmo de hüngühügü descrito por tambores garaon, como se les llama, y en los cantos emitidos por los gayusas (cantores de música ritual), se brinda la panorámica de un mundo de dimensiones extraordinarias y de verosimilitud apabullante.

En efecto, para un guatemalteco común el lenguaje garífuna es cábala, pero también exotismo. De ahí que la escucha de esta placa pudiese resultar una rara avis al mismo tiempo atractiva por el amplio abanico de expresiones sonoras que contiene, entre ellas el punta rock y la marcha procesional.

Y es que además de incluir canciones tan alegres como Chagachaga o Tari Edna golu (El diente de oro de Edna) un pororo divertidísimo; Adari labugana (novio de Livingston) en clave de parranda; igual la ceremoniosa Wasanriaha (Unión), por poner de ejemplo, dan cuenta que estamos frente a un disco sui generis e impagable, que aunque fue grabado hace casi veinte años mantiene esa innegable vigencia de la expresión de un pueblo vivo, palpitante, rico al mismo tiempo relegado.

Pero igual como dice Arrivillaga: “Hoy es difícil explicar y entender la configuración social y relación cultural de los garinagu (plural de garífuna) sin incorporar la relación que ellos mantienen con sus ancestros”.

Retomar estas viejas grabaciones, rediseñarles el sonido y envolverles con un diseño de estándares internacionales, Barrios lo justifica así: “Este es un material antiguo grabado en Livingston en 1990, que yo tenía en vinyl en Guatemala, y siempre pensé que eran grabaciones que estaban muy olvidadas. Así fue como nació la idea de rescatar los másters y publicarlos”.

Pues no sólo se publica sino que también la respuesta obtenida por parte de la crítica especializada, ha sido más que una simple campanilla, como lo denota el comentario de Miller y de otras tantas publicaciones.

En suma, la grabación invita a redescubrir a ese pueblo localizado a un poco más de 300 kilómetros de esta ciudad, con sus costumbres y sus anhelos, y de paso revelarnos que su historia particular se inserta ya en la historia universal.

IBEMINI, GARIFUNA TRADITIONAL MUSIC FROM GUATEMALA ESTÁ DISPONIBLE EN AMAZON, ITUNES Y BOOMKAT. TAMBIÉN PUEDE LLAMAR A BETZY SÁNCHEZ A LOS TELÉFONOS 4651 6469 Y 7947 0370.

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