domingo, 10 de mayo de 2009

La pintura es una mueca de lo que fue

Miguel Flores Castellanos, doctor en Artes y Letras de Centroamérica, reseña una exposición de pintura que otorga al espectador la última palabra.
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La exposición Pintura: el proyecto incompleto (2009), curada por Rosina Cazali y Emiliano Valdés, presenta su visión sobre la situación actual de la pintura en Centroamérica.

Para los curadores, un grupo de artistas desarrolla sus obras a través de insumos de su entorno, dan nuevo uso a los materiales y lenguajes visuales, que da por resultado una visión contaminada de los procedimientos y las temáticas tradicionales.

Tal el caso de la obra Manuel Chavajay El indio dormido. Panorámicas (2009), que muestra paisajes de un lago sobre los marcos de espejos retrovisores de automóviles; o también la pieza La extracción de la piedra (2009), de Mario Santizo, fotografía homónima de la pintura del Bosco, que narra una nueva historia a lo guatemalteco, roba el gesto pictórico y lo reelabora fotográficamente. O los personajes de revista de modas con vestimenta y accesorios del mundo de Disney, de Luis Cornejo.

Otra vertiente está constituida por obras que no pueden negar el pigmento sobre una superficie, pero con diferentes propósitos. Tal es el caso de la obra de Brooke Alfaro, que alterna retratos al óleo con el retrato en video de personajes urbanos. Este artista funde el pigmento y el píxel: el sujeto filmado en video alterna con los pintados. Pero ambos comparten segundos de inmovilidad, para que luego el retrato proyectado suelte una carcajada ante el observador.

Un tercer grupo de piezas explora las dos corrientes anteriores y reflexiona sobre los postulados vigentes en el arte contemporáneo, como la relación entre la pintura y el espacio, un deslinde con la tradición bidimensional. Esto se aprecia en la obra de Stefan Benchoam, con la cual el espectador, a través de sensores de movimiento, hace girar los componentes de su pieza. Para este artista no es importante lo pintado, sino la acción del observador para que su propuesta plástica literalmente funcione; si el visitante no se mueve, la pieza permanecerá inmóvil.

Cazali y Valdés evidencian el cambio de rumbo desde la década de los 90, un período prolífico e interesante en el arte de la región, el cual ha sido poco investigado. La propuesta de lo que es la pintura actual es válida. La selección de autores y obras, salvo dos excepciones, es acertada.

Se quiera o no, la pintura ha dado un giro donde las nuevas tecnologías se han abierto paso en forma contundente; he ahí el porqué de la presencia de la fotografía y el video. Pero también lo que se narra y la forma en que el artista emite sus historias. Se intuye la necesidad de un nuevo vocabulario para definir la actual situación de la pintura, ya que hoy en día no todo es pincel, óleo-acuarela y tela o papel.

Esta exposición nace con la vocación de validar esta nueva ruta de la pintura, pero se olvidó de que una muestra de este tipo, y tal como se propusieron los curadores, es un medio de comunicación, obligada a crear una experiencia estética en los visitantes. Es por eso que la museografía resulta desacertada. Las obras que fundamentan las vertientes propuestas se alternan unas con otras sin seguir las ideas de los curadores en el catálogo. Faltan textos que den a entender los tres grandes grupos de piezas y señales que dirijan el desplazamiento lógico del visitante. Esto dio por resultado que la exposición se vea como un conjunto de obras sin conexión, lo cual es falso.

Lo más importante de esta exposición lo constituye, primero, su visión centroamericana, la cual conlleva más de un esfuerzo de coordinación. En segundo lugar, la puesta en valor del hecho de que para enfrentar la exposición se debe estar preparado para dialogar con la pieza y dejar fluir su contenido, e interpretar y no sólo ver.

Se debe tener la actitud de estar anuentes a entablar un diálogo con las distintas obras, como se estaría ante un desconocido, a quien se podría conocer realmente si uno se interesara en él. Pero para esto se debe estar abierto a ese proceso de comunicación. El visitante deberá interactuar e interpretar, un ejercicio poco común para el guatemalteco. Pintura: el proyecto incompleto se presenta a todos como un reto. Todo parece indicar que hoy la pintura es una mueca de lo que fue.

PINTURA: EL PROYECTO INCOMPLETO. CENTRO DE FORMACIÓN DE LA COOPERACIÓN ESPAÑOLA EN ANTIGUA GUATEMALA. 6A. AVENIDA NORTE, ENTRE 3A. Y 4A. CALLES PONIENTE. DE 9 A.M. A 6:45 P.M., DE LUNES A DOMINGO. HASTA EL 5 DE JUNIO. ENTRADA LIBRE

T. Miguel Flores Castellanos mflores_c@yahoo.com
F. Mario Santizo, La extracción de la piedra (2009)

1 comentarios:

Enrique Pazos dijo...

Me gustó mucho la versión moderna de la extración. Para apreciar la versión de Mario Santizo de "la extracción de la piedra" hay que ver el original.

Parece que el simbolismo también es traducido a tiempos modernos.