domingo, 26 de abril de 2009

En busca de raíces humanas y solidarias

Carla Sandoval | Coordinadora en Cáritas Bélgica
Del drama de la migración y el exilio habla esta politóloga guatemalteca con Jaime Barrios Carrillo. Su identificación con los desprotegidos la llevó profesionalmente a una ONG europea.
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Carla Sandoval nació en Guatemala “hace poco más de cuarenta años”, como ella misma dice. Es hija de dos notables músicos guatemaltecos, la pianista Eva Carrillo y el legendario Humberto El Fantasma Sandoval. “Crecí escuchando melodías de Chopin y Beethoven que fluían de las manos mágicas de mi madre y con el sonido del saxofón de mi padre”, cuenta Carla, en un tono melancólico que no refleja la energía que puede desarrollar en sus proyectos laborales. Actualmente es coordinadora de uno de los programas de Cáritas, la organización humanitaria de la Iglesia Católica Romana, en Bélgica.

El trabajo le resulta cercano a su historia personal, llena de traslados de un país a otro. Llegó a Bélgica, cuando era niña, debido a una beca que obtuvo su madre para estudios en el Conservatorio de Amberes. La familia se quedó, no así su padre, quien falleció pocos años después en Guatemala, dejando un gran vacío en el mundo del jazz del país.

Bélgica es como Guatemala
Crecer en Bélgica le produjo un anhelo por identificar siempre sus raíces. Guatemala nunca desapareció de la memoria familiar. Carla recuerda que du-rante la primaria era la única niña extranjera. “Bélgica es multicultural y multilingüe, pero con altos índices de racismo y xenofobia a causa de las desigualdades entre las distintas regiones lingüísticas del país”, afirma, comentando lo difícil que es vivir y crecer en países con diferencias étnicas.

Durante los años 80 estudió Ciencias Políticas, y al graduarse decidió retornar a su país natal. “Guatemala es como Bélgica, un país multicultural, plurilingüe, con racismo y de grandes desigualdades”, dice, y relata cómo, a principios de los 90, estaba en Guatemala, participando en diferentes proyectos de desarrollo: “Durante los 15 años que permanecí en Guatemala, trabajé con ONG locales e internacionales, coordinando programas que promovían la participación política, cultural y ciudadana. Dirigí en los últimos cinco años un fondo que financió proyectos para mujeres”.

Lo drástico del destierro
Carla resume en una frase los enredos existenciales y culturales del extranjero: “El exilio o la migración siempre tienen consecuencias drásticas, tanto para los países expulsores como para los países receptores, pero sobre todo para las personas que dejan atrás su cultura, su familia y sus raíces en busca de mejores oportunidades de vida”.

Su experiencia con grupos vulnerables le permitió optar por el trabajo de coordinadora en Cáritas de Bélgica. Con un equipo de unas 20 personas, tiene la responsabilidad de velar por el acompañamiento social y jurídico de más de 200 familias provenientes de distintos países, mientras están en el proceso de de-manda de asilo en Bélgica.

Le es satisfactorio tener un trabajo de coordinadora en Europa ahora que la crisis ha causado mucho desempleo. Pero lo principal para Carla Sandoval es el contenido de lo que hace. Dice con convicción: “Nos regresamos a vivir a Bélgica, mas siempre en busca de nuestras raíces, ya no tanto las familiares y culturales, sino más bien nuestras raíces humanas, solidarias y pluralistas, las cuales no están ligadas a ningún país geográfico y con la esperanza de que harán crecer sociedades con más justicia social y menos egoísmo”.

T: Jaime Barrios Carrillo jbarrios@sigloxxi.com F: Archivo, Siglo 21.

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