domingo, 7 de febrero de 2010

Noticias de un planeta lejano

Eduardo Rubio* Vetana al cielo
Hasta 1986 era bastante limitado nuestro conocimiento de Urano y Neptuno, los planetas exteriores del Sistema Solar.
Seguir leyendo...
En el caso de Urano, únicamente 5 satélites habían sido identificados previamente: Ariel, Miranda, Oberón, Titania y Umbriel. También se conocía de la existencia de anillos a su alrededor, descubiertos observando cómo el planeta ocultaba una estre-lla, en 1977.

Curiosamente la observación de esta ocultación se realizó utilizando un telescopio montado en un avión especialmente modificado, un observatorio volante llamado Obser-vatorio Aéreo Kuiper.

Hasta 1986 Urano y Neptuno permanecían aún envueltos en un halo de misterio puesto que ninguna nave espacial se había aventurado más allá de la órbita de Saturno. Esta situación cambió definitivamente el 24 de enero de 1986, cuando la nave espacial Viajero 2, se aproximó a unos 81,500 kilómetros de la superficie de Urano. Lanzada en agosto de 1977 hacia Júpiter y Saturno originalmente, la nave fue desviada por un evento fortuito que permitió utilizar la fuerza gravitatoria de Saturno, en 1980, para lanzarla hacia su encuentro con Urano, 6 años después.

Este encuentro reveló muchas sorpresas a los astrónomos; por ejemplo, se descubrió una plétora de lunas nuevas, 10 en total. Estos satélites son muy débiles y resulta muy difícil ob-servarlos desde la Tierra. Una de las imágenes más dramáticas enviadas por Voyager 2 es la de una luna llamada Miranda. Su superficie se encuentra completamente desfigurada debido a las tremendas fuerzas gravitatorias a las que la luna estuvo sometida cuando esta se formó, hace muchos miles de millones de años.

Durante las observaciones de Viajero 2, se logró obtener imágenes espectaculares de los anillos, que suman actualmente 13 en total. Estos anillos son extremadamente oscuros y es imposible verlos desde la Tierra con pequeños telescopios. Dos de estos anillos fueron descubiertos recientemente desde nuestro planeta, utilizando el telescopio espacial Hubble. Urano tiene una característica muy curiosa.

Todos nos imaginamos a la Tierra girando sobre su eje como un trompo y esta analogía es válida para casi todos los planetas, con la excepción de Urano, que se encuentra bastante inclinado sobre su eje (de hecho está acostado) y es el único planeta que se conoce con un eje de rotación tan inclinado. Esto hace que las estaciones en este planeta sean bastante bizarras.

Urano tarda aproximadamente 84 años en girar alrededor del Sol, por lo que cada estación dura unos 21 años. Debido a la alta inclinación el Sol ilumina cada polo de Urano por 42 años consecutivos, mientras que el polo opuesto permanece en la oscuridad por el mismo tiempo. Este patrón de estaciones ha sido observado desde la Tierra, y ha permitido medir la velocidad de las nubes en la atmósfera de ese planeta e identificar huracanes bastante grandes.

De los descubrimientos más desconcertantes enviados por Viajero 2, fueron los resultados de medir el campo magnético del planeta. En la Tierra la aguja de una brújula apunta siem-pre hacia el norte. Si hiciera usted lo mismo en Urano, ¡la brújula apuntaría hacia el Ecuador! ¿Puede imaginarse algo así? En 1781 el astrónomo inglés William Hershel fue el descubridor de Urano y de dos de sus lunas (Titania y Oberón).

Confundido con un cometa al principio, muchas otras observaciones revelaron que se trataba de un planeta con un movimiento peculiar, a veces rápido a veces más lento. El estudio cuidadoso de estas anomalías resultó en el descubrimiento de Neptuno, en 1846. Hace 24 años, en enero de 1986, la nave espa-cial cruzaba el sistema de Urano, dirigiéndose puntual al encuentro que tendría 3 años después en el distante mundo helado de Neptuno.

*Eduardo Rubio Herrera es licenciado en Física por la Usac y cursa un doctorado en Astrofísica en la Universidad de Ámsterdam.

0 comentarios: