Labulladanzateatro
José Luis Escobar se adentra en la atmósfera del cabaret que Tonibelle Che y Claudia Herrera han creado para su nuevo trabajo en escena.
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No es común que Tonibelle Che y Claudia Herrera reciban visitas durante sus ensayos. Hoy hacen una excepción conmigo.
Es sábado por la tarde y los alumnos han abandonado las aulas de Artecentro Paiz.
El recinto prácticamente queda a su disposición, y sus voces, sus pasos sobre el suelo de madera, y la música que las ambienta se apoderan del salón en el cual establecen su residencia artística.
Las actrices y bailarinas trabajan en el próximo montaje de Labulladanzateatro (sí, se escribe todo junto), grupo escénico al que pertenecen (lea Reflejo de la realidad). Parte de su vestuario, la escenografía, y sobre todo su música, hacen que mi mente viaje a la época bohemia del Moulin Rouge que Toulouse-Lautrec supo plasmar en sus pinturas.
Pero lo que las chicas preparan no es una obra histórica; tampoco un número de nudismo. Si bien empiezo a creer que Tonibelle y Claudia se valen del centenario cabaret para su nuevo número, hay una diferencia con las bailarinas del célebre sitio francés: están maquilladas a la usanza circense y su acto con seguridad no será la recreación del can-can.
“Es que lo que tú haces es tan bonito, porque no es danza ni es teatro”, recuerda Tonibelle que le dijeron a Claudia. Ninguna supo si era un cumplido o una mofa; años después de sucedido, el incidente ahora les causa gracia.
Pero la frase encierra una gran verdad. La bulla trabaja un género híbrido, sus integrantes son multidisciplinarias, y lo suyo no se limita al cuerpo; o a la voz.
Desde hace casi una década el grupo sabe mezclar esos ingredientes y en los últimos años ha sazonado su estilo con las técnicas de actuación del payaso, conocidas como clown. “Una colega de teatro decía: el actor debe ser interdisciplinario; debe bailar y cantar… pero luego dijo que se dedicaría a ‘actuar bien’ y dejó de danzar. Entonces, me pregunto ¿qué es actuar bien? ¿acaso sólo hablar, sólo moverte? Creo que lo que hay es una necesidad de hacer las cosas, de decirlas. Todo está en cómo lo vas a decir. Por ejemplo, ahora nosotras decidimos cantar, bailar y hablar en el escenario; porque todo eso cabe en el universo de Opereta para dos. Espectáculo de cabaré clown, que es el título de nuestra nueva obra” (lea Sólo dos funciones), explica Claudia, quien además de actuar es directora escénica.
“Es el momento en que dos mujeres se ven a sí mismas”, dice Tonibelle de la trama. “Hacen un recuento de su historia personal y llegan a un punto crítico, a partir del cual habrá cambios para ambas”, agrega de la obra, que como el arte de sus creadoras se alimenta de distintos géneros. “Es trágico y cómico, es coqueto, alegre y muy divertido, y también muy triste por momentos”, menciona Toni, como también es llamada Che.
“Me deleita que la estética sea fuerte. Visualmente el espectáculo me gusta mucho. Nuestros personajes son dos artistas de un cabaret. La gente se divertirá, es una obra muy amena en la cual involucramos al espectador, quien no estará distante porque ¡esto es un cabaret! Hay sátira, baile, chistes… de verdad hablamos con el público, el que incluso disfrutará de una copa de vino”, detalla Claudia.
Enamoradas del escenario
Herrera y Che se conocieron en 2001, durante una audición para La argolla de la calesa, imagen en la memoria, una de las primeras obras de Labulladanzateatro. “Pero no me escogieron”, recuerda Toni.
Tonibelle practicó gimnasia olímpica a los siete años. Luego tomó clases de ballet en una academia. A los 14 años canalizó el arte y el deporte en el ballet clásico y se inscribió en la Escuela Nacional de Danza (Endanza).
“La gimnasia y el ballet de mi infancia me dieron una ventaja, pues me acercaron a la danza contemporánea, pero también tuve la desventaja de que empecé tarde. Pronto descubrí que el baile clásico es muy técnico, y en un momento eso me cansó. Quería ser yo a la hora de bailar, y no un cisne, una princesa o una flor. Pero los años que estudié en Endanza me dieron una excelente base”, dice Tonibelle, quien cursó más de la mitad de la carrera en la Escuela y de esos años aún tiene presente que se examinaba junto a niños de 4 ó 5 años, cuando ella les doblaba la edad y la altura.
“Eventualmente me di cuenta de que quería hacer algo más, y empecé a bailar en la compañía de danza contemporánea Momentum, en 1998. Después hice un viaje a Brasil, junto al coreógrafo Luis Mendoza, estuve unos meses y aproveché para estudiar circo. Me acerqué a los trapecios y a los malabares. Fue algo elemental. Cuando regresé a Guatemala lo hice con muchas ganas de bailar. Volví en 1999, año en que quedé esperando a mi primera hija”.
Después del embarazo Tonibelle reactiva su pasión por el baile. “Fue con Luis Mendoza que empecé a encontrarme, a descubrirme. Con él hice el primer trabajo en el cual sentí que realmente bailé. Todo lo anterior fue una escuela muy importante”.
Es con ese entusiasmo como Che se acerca a la audición. Para entonces La bulla estaba formalmente establecida, con Claudia Herrera y la bailarina Cecilia Dougherty. Claudia tenía casi cuatro años de haber arribado a Guatemala.
Herrera es chilena y en su país se formó en arte. “Soy actriz graduada de la universidad. Primero estudié danza, después actuación. Tomé el camino de la pedagogía y la dirección. Mi esposo, Ricardo Jovel, también es actor. Él se dedica a la gestión de proyectos culturales en comunidades. Es salvadoreño y nos conocimos en los años de universidad”, dice la artista.
De Chile, movida por el teatro, acompañó a Ricardo a El Salvador, en donde se acercó al baile. “Vine a Guatemala por una invitación de la coreógrafa Melanie Ríos, para participar en una pieza de danza contemporánea. Ahora ella radica en Nueva York”.
Su inclinación por la docencia llevó a Claudia a la Escuela Nacional de Arte Dramático. “Así estuve por cuatro años, dando muchos talleres”, recuerda quien luego participó junto a las actrices Alejandra Solórzano y Patricia Orantes en los talleres intensivos del proyecto teatral Carromato, en Honduras.
Después de esa experiencia, Claudia y Ricardo participan en la instauración del diplomado de creación e investigación escénica en la universidad Rafael Landívar. “Fue un gran logro porque proponía una experiencia interdisciplinaria. La gente que lo tomara conocería de teatro, danza, música… generando una verdadera comunicación entre actores, bailarines y músicos. Está saliendo un excelente grupo de maestros”, dice Claudia, una de las profesoras del diplomado.
Sólo dos funciones
El viernes 13 y sábado 14 de noviembre, a las 7:30 p.m., se presenta Opereta para dos. Espectáculo de cabaré clown, en Artecentro Paiz (9a. calle 8-54, zona 1, Guatemala). La admisión es de Q30. Este es un espectáculo para mayores de 15 años. Visite el blog del grupo.
Reflejo de la realidad
Labulladanzateatro inicia su recorrido artístico en el año 2002, con un espectáculo de danza contemporánea titulado La argolla de la calesa, imagen en la memoria, bajo la dirección conjunta de Claudia Herrera y Cecilia Dougherty. Luego, aparecen juntas en la escena con Deja Vu, juego agónico en un acto, espectáculo que marca el inicio en la dirección escénica a cargo de Claudia Herrera, actriz y bailarina chilena, residente en Guatemala desde hace casi 15 años.
En el año 2004, siempre en una línea de trabajo de investigación como colectivo, se lleva a escena A la espera del viento. Un año después el grupo hace una pausa en su labor de creación, y la retoma en 2007, invitando a actores y actrices de otros colectivos artísticos. Así, llevan a escena Los malqueridos, circo fúnebre dirigida por Ricardo Jovel y Claudia Herrera. En esta oportunidad La bulla ofrece un espectáculo que se apega a la línea del clown titulado Opereta para dos. Espectáculo de cabaré clown.
Con esta pieza Labulladanzateatro iniciará una nueva etapa. Herrera, su directora, volverá a Chile el próximo año, llevando consigo el grupo, pero en enero, junto a la actriz Cecia Godoy, la obra tendrá una segunda temporada. Tonibelle Che, actual coestelar e integrante del colectivo desde su fundación, será la responsable de la nueva etapa de La bulla.
Sin pretenderlo, Opereta para dos se convirtió en un reflejo de la realidad, pues en la trama dos amigas se enfrentan a la realidad de tomar caminos distintos. “Encuentro mi trabajo superemotivo. Estoy en un momento de la vida en el que creo que se completa una etapa. Hay gente a la que me llevo en el corazón”, concluye Herrera.
domingo, 8 de noviembre de 2009
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1 comentarios:
Senores de Siglo xxi, que lastima que hayan cambiando el sitio tan util que tenian por este bastante malo, y mal hecho, los desarrolladores de Guatemala hemos estado hablando de este mal trabajo que les hicieron, no se dejen enganar, esto es flash/flex y es lo peor que pudieron haber hecho.
por favor busquen sigloxxi en twitter http://search.twitter.com y veran lo que todos comentan, gente que sabe hacer sitios, ojala lo corrijan, saludos.
intente enviar esto directamente de su sitio pero ni elf ormulario de contacto funciona por favor hacérselo llegar a quien corresponda, saludos
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