domingo, 8 de noviembre de 2009

“Enseñar música es como alfabetizar los sentimientos”

Marlon Meza Teni | Músico y escritor







Jaime Barrios Carrillo
escribe acerca de un pedagogo y artista multidisciplinario que ha forjado su carrera en Francia.
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Marlon Meza Teni llegó a Francia con una beca en 1985, después de haber ganado el Primer Concurso Nacional de Piano de Guatemala. Ha llegado a ser pianista titular en Disney productions y en la década de 1990 colaboró con artistas de renombre y llegó a ser pianista reemplazante en revistas musicales y programas televisivos con las orquestas de Claude Bolling y de Marc Goldfeder. Marlon también ha tenido su propio cuarteto de jazz y, entre 1995 y 1997, estuvo a cargo de la dirección de la Escuela de Música y de la Orquesta.

“Durante los primeros 4 años en París, tiempo que duró mi beca, llegué a estudiar piano hasta 12 horas diarias sin salir del subsuelo en donde lo tenía. Estaba en la Escuela Normal Superior de Música de París y cada jueves había que tocar para otros pianistas. Eran casi profesionales en sus países; entonces subir al estrado era un ejercicio duro y exigente. Fueron mis primeras experiencias con el escenario y toparme con alguien que de verdad te escucha. Me adapté muy fácilmente a Francia porque siempre estuve ocupado”.

Además de su desarrollo como músico profesional, Marlon Meza Teni se dedica a la escritura. Cuenta con tres libros publicados: Cuentos Migratorios (México, 2000), Secretos de café con fin. Cuentos; Guatemala, 2001, y Noches de pan con luna. Poesía bilingüe (París) con el que obtuvo un reconocimiento del Centro Nacional del Libro de Francia: Decouverte en litterature etrangere, en 2004.

“Mi compromiso personal con la literatura empezó en 1997, cuando Disney me dejó la opción de escoger mis contratos en el escenario y los estudios de producción. A partir de entonces decidí juntar lo que había ido acumulando desde que era niño y empecé a escribir seriamente. En la práctica la mitad del día ha sido para la música, y la otra, para la escritura. En lo íntimo, las 24 horas para ambas”.

“Ahora por fin logré el equilibrio entre la música y la escritura gracias a mis mejores contratos y a un estatuto de artista intermitente de espectáculos que existe en Francia: único en el mundo, pero que exige un mínimo de horas de actuación al año”, refiere el músico.

Este artista continúa en el espectáculo, sobre todo en Disney-productions. “Me obliga a tener la imaginación en continuo movimiento. Los espectáculos se preparan cuidadosamente y siempre hay nuevos arreglos y adaptaciones que hacer. Las orquestas y los equipos de trabajo son tan distintos, varían como las temporadas del año”.

De su faceta pedagógica, Meza enfatiza la interacción con sus alumnos. “Con los años he descubierto que mi trabajo como profesor, humanamente, es más gratificante que el bullicio de un escenario. La escena exige una imagen que no siempre estoy dispuesto a aceptar o a dar; por otro lado, no hay nada más gratificante que la sonrisa de un alumno satisfecho y con quien se ha trabajado bien… ni siquiera un minuto de aplausos y todas las luces de un escenario valen este tipo de felicidad. Enseñar la música es como alfabetizar los sentimientos, armonizar las emociones”, dice este destacado chapín, que de su país extraña la cortesía de sus connacionales. Marlon también tiene presente el invierno, y recuerda con nostalgia los truenos,“y el aguacero, por supuesto”, concluye.

T: Jaime Barrios Carrillo. jbarrios@sigloxxi.com
F: Archivo, Siglo 21.

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