Eduardo Rubio * Ventana al cielo
Hace pocos días fue publicado un artículo en la revista inglesa Nature, sobre la detección de un destello de rayos gamma, localizado a una distancia tal, que lo convierte en el objeto más lejano jamás observado.
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Los destellos de rayos gamma son fenómenos descubiertos en 1967 por un conjunto de 12 satélites espía llamados Vela, lanzados por los Estados Unidos y cuyo objetivo era monitorear este tipo de destellos producidos durante explosiones nucleares.
En julio de 1967 R. Klebesadel, el científico a cargo del equipo de analistas del Laboratorio Nacional de los Álamos, observó en los datos de éstos satélites una detección que no podía ser explicada por medio de una explosión nuclear. A medida que más de estos satélites eran lanzados, la cantidad de destellos como el observado en julio de 1967 aumentaba.
Debido a la naturaleza secreta del proyecto, estas detecciones se revelaron a la comunidad internacional hasta 1973, cuando ya se habían identificado alrededor de 16 destellos y por el análisis de los datos, se había comprobado que provenían del espacio exterior, más allá del Sistema Solar.
Estos destellos ocurren en la región más energética del espectro electromagnético y solamente pueden ser producidos por eventos extremos como la explosión de una supernova. Durante la explosión, las elevadas temperaturas hacen que núcleos atómicos choquen entre sí a altas velocidades, dividiéndolos en núcleos más livianos o inclusive en partículas más elementales como protones y neutrones.
Usualmente estos destellos son enumerados de acuerdo con la fecha en que ocurren. El 23 de abril de 2009, el satélite Swift de la NASA, detectó el destello GRB090423 a las 07:55:19 UT con una duración de 10 segundos aproximadamente. 73 segundos desupués un contador de rayos X a bordo del mismo satélite comenzó a analizar cómo el destello se hacía más débil.
Estos destellos son extremadamente brillantes durante una fracción de segundo, volviéndose objetos considerablemente tenues en cuestión de horas, y confirmarlos con otros instrumentos es vital. 20 minutos luego de la detección hecha por el satélite Swift, el Telescopio Infrarrojo del Reino Unido localizado en Hawái, detectó un objeto tenue en las coordenadas donde ocurrió el destello. Casi inmediatamente, otro telescopio localizado en Chile realizaba observaciones del mismo objeto revelando un corrimiento al rojo de aproximadamente 8.
El corrimiento al rojo es una medida de cuán alejado se encuentra un objeto en el Universo y está relacionado con la velocidad a la que se alejan los objetos de nosotros. Únicamente objetos muy distantes como galaxias lejanas muestran corrimientos al rojo significativos, mayores que la unidad.
Las observaciones del telescopio en Chile hicieron sospechar a varios astrónomos que este objeto se encontraba bastante lejos de nosotros. 14 horas después de la detección, el Telescopio Nacional Galileo de 3.6 metros en las Islas Canarias localizaba el objeto y analizaba la luz visible del mismo, confirmando las observaciones hechas en Chile, localizando este objeto a una distancia de 13 mil millones de años luz.
Las implicaciones de esta detección son enormes. A esa distancia la explosión ocurrió cuando el Universo tenía apenas 600 millones de años de edad, un 4% de la edad actual del universo, que es de unos 13,700 millones de años. Eso significa que existían estrellas masivas en nuestro Universo desde muy temprano y que estas estrellas aparentemente siguen la misma evolución que las estrellas más jóvenes. ¿Cuándo se descubrirá un objeto más lejano que éste y qué clase de objeto será?
*Eduardo Rubio Herrera es Licenciado en Física por la Usac y cursa un doctorado en Astrofísica en la Universidad de Ámsterdam.
domingo, 15 de noviembre de 2009
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