Iván Castro
La fotografía es el pretexto que José Luis Escobar encuentra para hablar de las otras facetas de Iván Castro: animación 3D, conferencias, cátedras y producción audiovisual.
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“Estoy muy emocionado con mi participación en Foto 30; siempre vi este festival como algo muy lejano”.
Iván Castro no oculta su entusiasmo por Post-industrial, su primera exposición en este evento que satura con fotografías la agenda artística de septiembre, la cual se inaugura esta semana.
La conquista de un espacio en Foto 30 se asemeja a otras que Iván ha logrado como conferencista, animador de 3D y productor audiovisual.
Y cuando este autodidacta multidisciplinario habla de emoción, le creo. No por la connotación de esa palabra, sino por sus gestos: Iván mueve los brazos, usa diferentes expresiones faciales y alza la voz para enfatizar sus ejemplos. La energía que irradia es contagiosa, y es la misma que demuestra en sus diferentes facetas. Sin duda su sistema límbico trabaja a mil.
La fotografía es apenas una de sus facetas. Iván establece 2006 como el año en que se inició profesionalmente en ella. “Antes también tomaba fotos, las clásicas que todo mundo hace cuando viaja”, cuenta.
Y fue precisamente una visita a Cuba, en 2003, la que lo animó a tomar en serio la foto. “Con la gente de Casa Comal trabajé en la Escuela de Cine de San Antonio de Los Baños. Me gustan las costumbres de la gente. En Cuba hice muchas, muchas fotos, unas 8 mil. No sé cómo fueron sólo 8 mil. Ahora puedo hacer 4 mil en un fin de semana”.
¿Y en dónde guardás tantas fotos?, le pregunto. “Soy coleccionista de discos duros; tengo más de 10”, admite, mientras se cubre el rostro con las manos y usa el tono de un adicto reincidente que ha sido descubierto.
Después de su confesión, Iván ubica la ocasión en que uno de sus alumnos (también es catedrático, y ha enseñado en tres universidades) le preguntó cómo era Cuba. “Estaba en una clase de 3D, y para qué me lo dijo. ‘¡Aquí están las fotos!’, dije, y se las enseñé. Al terminar la clase me dijo que estaban buenas y que debería subirlas a Flickr. Yo ni sabía que existía esa página; es que era un tanto escéptico de las redes sociales. Yo abrí un perfil en Facebook mucho después de que todo mundo lo hiciera, pero ahora es otra de mis adicciones”.
El fenómeno Flickr
La primera visita que Iván hizo a Flickr, un sitio diseñado para que profesionales y aficionados publiquen álbumes con fotografías, lo desanimó, pues creyó que su material no estaba a la altura de otros fotógrafos. Pero no dejó que eso fuera una limitante. Ya antes había vencido barreras similares. Había ganado reconoci-miento como animador de 3D y en las cámaras de cine y televisión (lea Oportunidades).
“A mis alumnos les digo que si quieren aprender algo que se metan a trabajar en eso y que se quiten el limitante de no hacerlo sólo porque no saben”.
Las primeras fotos de Iván fueron tomadas con una cámara de un megapíxel. “Ni siquiera tenía un equipo profesional; aún hoy no tengo nada sofisticado”.
Abrir un perfil en Flickr fue abrir también la puerta a nuevas oportunidades. Gracias a ese sitio 11 revistas diferentes contactaron a Iván; también lo hizo el Banco Industrial, entidad con la cual ha publicado dos libros: Guatemala nuestra tierra, y Maravillas de Guatemala. Justo ahora está por publicarse un tercero, sobre los quilts de Priscila Bianchi.
El primero de los contactos ocurrió en 2006, cuando una revista dominical le solicitó algunas fotos. “Ahí empecé a ver que el trabajo que hago también es conside-rado como arte”.
Un país positivo
“Todos los días son buenos para tomar fotos. No soy de los que se desaniman si está nublado o si hace mucho sol. Cualquier pared es suficiente para hacer una buena foto. Tomo tantas porque no quiero perder la oportunidad de contar una historia. Toda imagen siempre está cargada de pensamientos y recuerdos”, afirma Castro.
De ese archivo de emociones surge el material que usa en su trabajo. “De ahí saco las texturas para mis presentaciones, el material para mis clases y exposi-ciones, hasta los regalos para mi familia y amigos”.
“Para mí, fotografiar es un reflejo de lo que siento y pienso. Trato de que cada toma lleve un mensaje positivo. En mis fotos busco convencer a los demás de que Guatema-la es un país bonito y de que mi gente también es bonita”, asegura. Castro traslada esa visión más allá del lente: charlas, trabajo, y círculos familiares y de amistad están marcados diariamente por este enfoque.
“¿Vos conocés la historia del Jutiapa?”, me pregunta Iván, para explicar su filosofía. “Fue algo que me cambió la vida. Un día estaba tomando una foto nocturna de la fachada del Palacio Nacional de la Cultura, para la portada de una revista. Fui a la Plaza Mayor a la 1 a.m. Empezaba a hacer mis tomas cuando siento que alguien me abraza, con un cuchillo en la mano. Me asusté, pero lo primero que dije, inconscientemente, fue: ¿trabajando tan tarde?”.
Eso hizo que el asaltante bajara su arma. Iván conoció así la historia del Jutiapa, un pandillero que había ingresado tres veces en la cárcel y que había asesinado a algunas personas, entre ellas a su esposa.
“Platicamos y reímos. Tuve la oportunidad de darme cuenta de que detrás de su fachada de violencia había una persona. Cuando le pregunté si podía seguir tomando fo-tos él me empezó a ayudar, llevando el trípode y señalando algunas posiciones”.
“Al final de cuentas quien me iba a asaltar me fue a dejar al auto, y me dije que Guatemala no es tan mala como uno piensa. Desde ese momento decidí cambiar comple-tamente la manera de ver el contenido de mis fotos. Ya no quise fotografiar sólo paisajes ni aquello que ensucia a mi país, porque de eso ya hay mucho. Esa noche la tole-rancia y el respeto fueron dos cosas que me cambiaron la vida”.
OPORTUNIDADES
A los 11 años de edad Iván Castro decidió que los estudios no eran para él. “Ahora es irónico que dé clases en tres universidades”, dice quien de adolescente devoraba revistas de fotografía y video. El mundo detrás de los lentes lo llevó a tomar su primer empleo en Proyecta, empresa que en su momento brindó los servicios para las presentaciones internacionales de artistas y eventos locales de televisión.
Se suponía que Iván cargaría cables. “¿Qué otro trabajo le darías a alguien de 11 años?”, cita entre risas. Pero en su primer día de trabajo uno de los camarógrafos no llegó. Carlos de León, el dueño de la empresa, dispuso de Iván para manejar la cámara. Sorpresa se llevó cuando, al tratar de explicarle el funcionamiento, el patojo conocía mejor que él el uso de los botones.
Esta fue la oportunidad para Iván de aplicar todo lo que había leído en las revistas y de transformar en equipo real aquellos recipientes plásticos con los que jugaba, pretendiendo ser camarógrafo. Lo hizo durante cuatro años.
Así, tomó experiencia en la producción audiovisual Luego trabajó en una segunda empresa, de la cual fue despedido a los 4 meses porque para ingresar mintió sobre su edad. “No tenés idea de lo horrible que es andar huyendo de una contadora que todo el tiempo te pide la cédula”. Con los años, Iván terminaría dando clases de cine en Cuba.
Pero la oportunidad con las cámaras no sería la única vez que Iván se arriesgó a tomar algo hasta cierto punto desconocido. “Trabajaba en una productora. Mi jefe, sin que me diera cuenta, llegó a mi escritorio. Yo estaba en la computadora y me preguntó qué estaba haciendo. Le dije que acababa de encontrar un programa que servía para hacer animaciones en tercera dimensión. No me dijo nada, se dio la vuelta y empezó a llamar a los clientes para ofrecerles el servicio de 3D. ¡Era la primera vez que tocaba ese programa!”.
El centro comercial PeriRoosevelt contaba a finales de los años 90 con un programa de televisión. El logo del lugar es una esfera roja y querían una animación para incluir en su franja. “En cuestión de días el cliente llegó con una propuesta, y a la par de él toqué el programa por segunda vez. Él estaba emocionadísimo por conocer qué era el 3D, y la ver-dad, yo también. Lo chistoso es que cuando el cliente vio el diseño me dijo que la esfera se miraba un poquito cuadrada”.
Iván aceptó el reto, fue aprendiendo sobre la marcha y llegó a consolidarse en la animación tridimensional. Sus conocimientos han sido requeridos por peritos forenses, médicos, economistas, infografistas, diseñadores, y en universidades… Las charlas que da lo han llevado a más de 50 ciudades, en 15 países.
“Las oportunidades siempre están ahí”, dice Castro, quien no escatima hacer el ridículo con tal de enseñar, porque un día leyó que el chiste puede más que el discurso cuando se trata de llamar la atención. Desde entonces se disfraza en sus conferencias: ha hecho de extraterrestre, científico, hipnotista, albañil, repartidor de pizza; “hasta streaptease he hecho”, confiesa.
EN POCAS PALABRAS
Digan ¡whiskey!
Desde que una revista se interesó en sus fotos Iván se hizo de una cámara de lentes intercambiables. “La Canon más barata del mercado”, dice al referirse a la whiskey, como cariñosamente la llama.
En la red
Castro es administrador de un club fotográfico que exhibe su obra en Flickr. La red la integran alrededor de 1,600 miembros y en ella constantemente se publican conse-jos para el uso de las cámaras.
Aire
La mayoría de los cursos de 3D los ha impartido en universidades. Para que otros conozcan esta técnica, Iván fundó Aire Academia, su propia escuela, en la cual instruye sobre animación y otros temas.
EN ANTIGUA
LAS HUELLAS QUE LA INTERVENCIÓN HUMANA HAN GENERADO EN EL PAISAJE ES EL TEMA QUE IVÁN CASTRO EXPLORA EN LA EXPOSICIÓN POST-INDUSTRIAL, UNA ESPECIE DE TAXONOMÍA DE DIVERSOS ESCENARIOS DE AMÉRICA LATINA.
LA INAUGURACIÓN DE LA MUESTRA ES EL PRÓXIMO SÁBADO 19, A LAS 7 P.M., EN EL SITIO (5A. CALLE PONIENTE, NO. 15. ANTIGUA GUATEMALA). ADEMÁS, EN EL MISMO LUGAR, EL FOTÓGRAFO DARÁ LA CONFERENCIA TROPÓSFERAS, EL VIERNES 25. EL SÁBADO 26 Y EL DOMINGO 27 IMPARTIRÁ TALLERES, TANTO A NIÑOS COMO A ADULTOS. PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN PUEDE LLAMAR AL TELÉFONO 7832-3037.
EN LA RED
Aire Academia: www.aireacademia.com
Flickr: www.flickr.com/photos/ivancastroguatemala
Blog: ivancastroguatemala.blogspot.com
T. José Luis Escobar. jescobar@sigloxxi.com
F. Cecilia Cobar. ccobar@sigloxxi.com
ivancastroguatemala.blogspot.com
domingo, 13 de septiembre de 2009
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