domingo, 27 de septiembre de 2009
Encuentros en espiral
Eddy Roma reseña la primera novela de Javier Mosquera Saravia. Es una colección de relatos superpuestos que pretenden convencernos de algo: “Si a veces la vida parece un círculo, en realidad es una espiral”.
Seguir leyendo...
El gallego nutrió con su población y su imaginario a países como Cuba, Argentina y Brasil. Tal es su influencia, que a todo peninsular le llaman gallego, no importan-do si es de origen castellano, valenciano o leonés.
Algunos probaron fortuna en otros territorios, y de ahí proviene la estirpe paterna del narrador Javier Mosquera Saravia (Guatemala, 1961), autor de libros de cuentos como Laberintos y rompecabezas (2005) y Angélica en la ventana (2004). Espirales, su reciente producción, es su primera novela.
Aparte de hacerlo personaje de chistes, el saber popular identifica al gallego con cierto gusto por la magia y la mitología. Sus raíces celtas, comunes a Escocia e Irlanda, el verdor del paisaje, ciertas inscripciones talladas en piedra, y algunos parajes remotos, contribuyen a dar la impresión de que el tiempo se detuvo y permitió la supervivencia de conocimientos que poco a poco se revelan ante el visitante.
Los sueños y las alucinaciones tienen una participación notoria en Espirales, lo mismo que algunas pistas colocadas cada cierto número de páginas para que el lector se involucre y entregue su aporte a la historia.
Es una de las constantes de la obra de Javier: sacar al lector de la contemplación pasiva y sumarlo a la acción como un creador más.
El recorrido a través de Es-pirales obliga al principiante a seguir con atención los cambios de tiempo, narradores y escenarios. El lector habituado a estos procedimientos, en cambio, notará que los episodios se suceden como en las vueltas de una espiral, uniendo sus bordes en distintas épocas y lugares: la costa gallega, las calles de Ginebra, un departamento situado en el Distrito Federal mexicano, y los ataques con metralla a poblaciones y facultades universitarias en Guatemala. Espirales no se centra en un solo tema: algunos capítulos tienen un carácter autonómico que les permite funcionar como relatos sueltos.
En estos ambientes transcurren casi 30 años de la vida de Santiago. Nieto de un emigrante gallego, Santiago padece de una inercia vital que se ve sacudida, en distintas etapas, por la aparición de tres mujeres: Ainara, su amor de juventud, que decide unirse a la guerrilla; Ramona, pequeña sacerdotisa que acude a lecturas y hierbas para ayudarlo a salir de los recuerdos que le atormentan; Anxeliña, joven escultora que emerge como una aparición invocada por los versos del romance Preciosa y el aire, de Federico García Lorca.
En una entrevista con Ronald Flores, acerca de Angélica en la ventana, Javier mencionaba que “la mayoría de personajes femeninos de esos cuentos representan un ideal del que me he enamorado durante mucho tiempo”. Espirales amplía tal fascinación. Santiago admira el vigor de Ainara y se deja conducir por Ramona a rituales, bailes y encuentros. Es crítico con los oportunismos que brotaron tras la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, y una alucinación le permite cobrar una deuda de guerra.
Se oye decir, cuando se trata de liquidar asuntos pendientes, que debe cerrarse el círculo. Con la figura de la espiral, Javier supera esa idea y propone una posibilidad mucho más abierta y rica en encuentros: “En la vida no existen los círculos. Y por una razón muy simple: el tiempo. Si estuviéramos detenidos, los sucesos podrían repetirse. Pero como nos ‘movemos’, creer que se vuelve al mismo punto es sólo una ilusión. Ya se está más adelante. Si a veces la vida pare-ce un círculo, en realidad es una espiral”.
Con ayuda del abuelo, esa aparición que le susurra palabras en gallego, idioma que Santiago poco a poco aprende y que el lector roe hasta obtener una interpre-tación, se despejará el camino bloqueado por la pérdida de Ainara y entrevisto con el auxilio de Ramona.
“Los círculos son cerrados”, aprende Santiago. “Las espirales, abiertas. Y esa es una gran ventaja, ya que pueden entrelazarse unas con otras. Por eso las vidas se cruzan. Dos, tres y hasta más”. Las vidas que se cruzan en una página de novela, un perfil de Facebook y un rostro familiar adivinado desde la lejanía.
ESPIRALES, DE JAVIER MOSQUERA SARAVIA. F&G EDITORES, 2009. 188 PÁGINAS.
T. Eddy Roma. eddyjromaa@hotmail.com
F. Alejandro Azurdia. aazurdia@sigloxxi.com
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario