domingo, 19 de julio de 2009

Los escritores de B’atz’

Pablo García y Miguel Ángel Oxlaj

Ru taqikil ri Sarima’ y B’ixonik tzij kech juk’ulaj kaminaqib’ son las obras ganadoras de B’atz’, el primer certamen nacional que premia a la literatura maya. Eddy Roma habla con el escritor kaqchikel Miguel Ángel Oxlaj Cúmez y con el poeta k’iche’ Pablo García, los autores de estas obras, las cuales se presentarán en la VI Feria Internacional del Libro en Guatemala, Filgua.
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El escritor kaqchiñol
“Yo me enteré del premio B’atz’ a través de un periódico virtual para el cual colaboré hace unos años”, cuenta Miguel Ángel Oxlaj Cúmez, escritor kaqchikel galardonado por el relato La misión del Sarima’. “En una de ésas nos llegó la convocatoria y nosotros la publicamos”.

Miguel Ángel comenzó a escribir cuando estudiaba magisterio en la Escuela Normal Rural Pedro Molina. En 1998 obtuvo un puesto en los juegos florales de nivel medio promovidos por la escuela. La convocatoria del premio B’atz’ le dio ocasión de exponer su obra escrita en kaqchikel. “Al abrirse un pequeño espacio, me dije: a mí me gusta escribir, y qué mejor hacerlo que utilizando mi idioma”.

La misión del Sarima’ se nutre de la tradición oral comalapense. Se puede leer acerca de un cerro que emite sonidos como truenos que causan inquietud entre los habitantes, y acerca de una abuela que cuenta a su nieta lo que sucedió en los retumbos anteriores.

“Si bien es cierto que tiene un tinte mágico también recoge muchas ideas que yo las atribuyo a las pláticas que siempre sostuvo mi papá conmigo y mis hermanos. Él hace sus remembranzas y nos cuenta cosas. Entonces uno cuela todas esas ideas y va dándole forma a un relato”.

Idiomas conectados
Miguel Ángel proviene de una familia campesina residente en San Juan Comalapa, departamento de Chimaltenango. El kaqchikel era la lengua de uso hogareño, pero al acudir a la escuela debía expresarse en español. “A mis papás les tocó vivir todo el período en el cual el Estado tenía como objetivo la castellanización del indígena”, recuerda. “Yo considero que mi papá, que ha influido mucho en la formación mía, así como en la de mis hermanos, nos insistió en la importancia del castellano. Yo empecé a leer y escribir en ese idioma, y recuerdo también haber empezado a hacer cosas como cuestiones de oratoria y cosas así, pero todo es en castellano”.

Miguel Ángel considera que el ritmo del kaqchikel está bastante castellanizado. “A veces me encuentro con ese conflicto”, describe, “cuando al estructurar una oración estoy siguiendo las reglas gramaticales castellanas, por cuanto el castellano lo he aprendido en todos mis años de estudios. Claro, tengo el cuidado de hacerlo como se debe para que no pierda la entonación kaqchikel”.

La cercanía de los dos idiomas, donde neologismos como “internet”, “gasolina” y “celular” se incorporaron al habla cotidiana, genera unión y tensión en el pensamiento de Miguel Ángel. “A lo mejor, culturalmente ya soy muy castellano, aunque étnicamente soy kaqchikel”, expresa. “Hay una situación compleja en eso y yo creo que no sólo yo lo vivo. Estamos en el punto en que debemos decidir”, dice el escritor, y se pregunta: ¿qué voy a ponderar, a qué le voy a dar más fuerza, qué parte de mi cultura voy a discriminar en este caso?”.

“A veces”, comenta, “cuando empiezo a escribir algo yo estoy meditando en kaqchikel, termino escribiendo algo en castellano, y me digo, esto es kaqchiñol. Tengo algo escrito a lo que le puse ese nombre, Kaqchiñol, donde hay parlamentos en kaqchikel y también en castellano. Es una historia mezclada, porque la realidad de nosotros es así”.

En pocas palabras
Arrinconamiento
“No vas a encontrar un libro universitario escrito en tu idioma. Difícilmente vas a encontrar una ley escrita en tu idioma. Nuestros idiomas se han relegado a un uso familiar y a un uso comunitario”.

Envío
“El idioma es parte fundamental de la cultura y a través del idioma se va creando y reproduciendo la cultura a través de las generaciones, es decir del padre al hijo, y del hijo al nieto”.

Misión
“Todo lo que yo quisiera proyectar algún día es cómo mi papá, mis abuelos, y mis antepasados han vivido una realidad que ya condiciona nuestro presente”.

Poesía escrita en k’iche’
“Pablo García es un hombre de estatura baja, con aspecto serio y elegante. No lo vi sonreír una sola vez, aunque parecía alegre, y en un momento, cuando se levantaba para ir al podio a leer, creo que tenía las mejillas húmedas de lágrimas, pero en una cara sin expresión”.

Esa fue la descripción que Rodrigo Rey Rosa envió al novelista mexicano Juan Villoro acerca del poeta que compartió el primer lugar del premio B’atz’ con Canto palabra de una pareja de muertos. Su apariencia corresponde con el tono de sus respuestas. “Me formé en un ambiente escolar normal o aceptable, gracias a la colaboración de los miembros de la comunidad educativa”, cuenta.

“En los primeros años de la escuela, para lograr un aprendizaje aceptable de la segunda lengua, decía y escuchaba primero en el idioma k’iche’. Luego hablaba y escribía en el idioma castellano”. Los idiomas que Pablo maneja no entran en conflicto, “porque cada idioma tiene su propio orden gramatical”.

Del otro lado de las cosas
Como Humberto Ak’abal, Pablo piensa las primeras versiones de sus poemas en k’iche’. “Me ubico en el orden gramatical del idioma k’iche’, luego en el orden del castellano, para trasladar el significado parecido de las palabras a otras palabras”.

La idea que predomina en el Canto es descrita como “una pareja de personas muertas que se esfuerzan por trascender las rosas y las espinas del infierno para volver a percibir la armonía del Sol del más allá y del más acá”.

Pablo encuentra que la poesía es el canto del fuego de la vida y de la muerte. “El fuego en su movimiento y reposo relativo canta precioso. Por un motivo que ignoro ya no escucho el canto de las piedras que arrojan mariposas rojas”, explica, al contar que su poemario se gestó durante largo tiempo. “La imagen de la pareja apareció entre los años 1990 y 1993. Y la última revisión del texto fue uno o dos meses antes de la reproducción del libro”.

En una primera lectura da la impresión de que la obra se construye a partir de oposiciones y contrastes entre la situación pasada y la actualidad que viven los personajes. “Percibí la dualidad de la palabra de los personajes cuando escuché al escritor Rey Rosa leyendo unos fragmentos del trabajo en la reunión de entrega del Premio B’atz’”, refiere Pablo.

Los personajes del poema se cuestionan a través de imágenes como “¿Por qué vuestros tiernos rostros se hicieron viejos rugosos?”, y responden: “Nuestros tiernos rostros se hicieron viejos rugosos por golpearnos una y otra vez con los nudos de las redes y hamacas donde damos vueltas y vueltas, vueltas interminables, de las cuales no hemos logrado liberarnos”.

En esas circunstancias se pierde la cercanía del Divino silencio, como se describe en el poema Tzijtalinik (Chismes): “Nosotros tenemos muchas gargantas gritonas”, expresan. “De día y de noche gritan nuestras gargantas. Una de ellas grita y grita para pedir silencio. El eco del grito de las gargantas clava espinas en el corazón de los niños, ellos se agachan por ahí, agachados sonríen por ahí, ellos se duermen por ahí, dormidos gimen por ahí”.

En pocas palabras
Multiplicidad
“Cada persona es libre de asociar el significado de las palabras que necesita o quiere. Escribir xib’alb’a, infierno, tártaro, mictlán, etcétera, es una representación gráfica. Quizás tengan un significado parecido. Quizás los significados se complementan o no”

Utilidad de otro idioma
“Percibo que la lengua materna, o cualquier primera lengua a la que accede la persona, tiene un orden de disposición de la palabra oral o escrita. El primer sistema gramatical ayuda a la persona a visualizar la gramática de la segunda lengua que aprende y utiliza”.

En doble vía
“Las opiniones son maestras de lecciones positivas, interesantes y negativas, que nos permiten mutuamente una educación de doble vía en los cuatro lados del cielo y de la tierra”.

Decisión unánime
Al recibir el Premio Nacional de Literatura en 2005, el narrador Rodrigo Rey Rosa destinó el monto del galardón para instituir un certamen que estimulara la creación literaria generada por las 23 lenguas indígenas de Guatemala.

Dos años más tarde, con el apoyo del Aporte para la Descentralización Cultural (Adesca), se realizó la convocatoria al Premio de Literaturas Indígenas B’atz’. B’atz’, palabra que significa “mono”, es el nombre de la deidad tutelar de los escritores en el mundo maya. Se recibieron obras escritas en k’iche’, kaq-chiquel, tz’utujil, mam, q’eqchi’, achi, popti’ y garífuna.

Los trabajos fueron preseleccionados por escritores y lingüistas pertenecientes a cada lengua, como el k’iche’ Sam Colop y el popti’ Víctor Montejo. Las obras finalistas, traducidas al español, fueron evaluadas por un jurado compuesto por Rodrigo Rey Rosa, el escritor Dante Liano, el novelista mexicano Juan Villoro, la crítica literaria Beatriz Cortez y la sociolingüista Elsa Son Chonay.

Por decisión unánime, el primer lugar fue compartido por el relato Ru taqikil ri Sarima’ (La misión del Sarima’) del escritor kaqchikel Miguel Ángel Oxlaj Cúmez, y el poemario B’ixonik tzij kech juk’ulaj kaminaqib’ (Canto palabra de una pareja de muertos), del poeta k’iche’ Pablo García.

Ambos libros, publicados en versión bilingüe por el sello F&G Editores serán presentados en el marco de la VI Feria Internacional del Libro en Guatemala (Filgua), el sábado 1 de agosto, a las 5 p.m., en la sala Dante Liano.

T. Eddy Roma. eddyjromaa@hotmail.com
F. Cecilia Cobar. ccobar@sigloxxi.com y Carla Molina. carla.molina@gmail.com

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