Jaime Barrios Carrillo entrevista a un guatemalteco dedicado a la creación musical en Barcelona.
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“La cultura es una poderosa herramienta de desarrollo, porque facilita medios y recursos que potencian la creatividad de la gente”, afirma este compositor guatemalteco residente en Barcelona, donde participa en proyectos de música de cámara, grabación de discos, investigación y acción social por medio del arte y audiovisuales.
Desde niño comenzó su contacto con la cultura, la ciencia y la intencionalidad creadora. “En mi casa no había abundancia de dinero, pero libros sí había, muchísimos. Además del laboratorio de electrónica de mi padre, que es un inquieto por la naturaleza. Aquello era como un paraíso para una mente curiosa. Recuerdo también que mi padrino, el geólogo Carlos Tobar Jiménez, me animaba para que me dedicara a la matemática, y la verdad es que no faltó mucho para eso. La matemática implica una claridad de pensamiento que es casi como la poesía, donde a su vez la percepción se transmuta en pura intuición”.
Su interés por la música y la integración con lo social y lo cultural, lo llevaron a viajar por el interior del país y a participar en proyectos de promoción de la niñez en estado de riesgo. Al mismo tiempo que “el gusanillo de la composición” seguía su proceso y dividía el tiempo entre sus “divagaciones” compositivas, el interés por el desarrollo cultural y el dominio del violonchelo.
Iván Lorenzana se integra como primer chelo en 2001 a la Orquesta de Cámara del Estado de Yucatán y también en el Centro del Niño Yucateco (Cecuny). Allí ganó una beca de composición otorgada por el Estado y escribió una pieza de ballet dirigida e niños de 6 a 9 años llamada KRUTZ. También trabajó para un orga-nismo de Naciones Unidas.
A pesar de los éxitos en México, se trasladó a Barcelona por las perspectivas de investigación, el ambiente de la ciudad y el carácter de los catalanes. “La expe-riencia ha sido dura, ya que nadie me estaba esperando, mas me he sentido muy aceptado”.
En Barcelona estrenó Orión, con la Orquesta de Cámara de las Américas. Y, entre otros trabajos relevantes, musicalizó en 2007 tres películas de la serie docu-mental Los latidos de la Tierra, de la directora española Sonia Llera.
“Fundé la asociación cultural CREARTE junto a una serie de buenos amigos españoles y guatemaltecos, y desde allí continúo con el tema del desarrollo cultural. Soy encargado de la cátedra de violonchello del centro de Estudios Musicales en Terrasa, ciudad próxima a Barcelona”, cuenta este compositor, que sabe combinar el ejercicio profesional con proyectos de proyección social.
“Mis más recientes trabajos los estrené en Zaragoza, el pasado 10 de marzo. Una serie de piezas para conjunto de violonchellos, piano y chelo que forman parte de un trabajo colectivo que incluye fotografía, cine y poesía y que se llama Voces en el Espejo, y que estará de gira itinerante por varios países europeos. En Portugal estrené música para trío: piano, violín y violonchello, producto de una invitación de la Casa de América Latina en Lisboa.”
De su trabajo futuro resalta proyectos para el desarrollo cultural a través de fundaciones inglesas. Pero sobre todo y en sus palabras: “Me han hablado para grabar un disco recopilatorio con mi música”.
T: Jaime Barrios Carrillo. jbarrios@sigloxxi.com
F: Archivo, Siglo 21.
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