domingo, 19 de julio de 2009

El fabricante de clorofila

Luis de Lión

iSsshhht, niño! Venga para acá.
Desde hace ratos, lo estaba llamando y usted no me hacía caso. Si hasta le pedí a un pájaro que, por favor, le silbara y, por un momento, hasta soñé que pies eran mis raíces y quise caminar.
A ver, deme su mano, que yo le doy una rama. ¿Qué tal? ¿Cómo está?
Ahora, siéntese bajo mi sombra y respire profundo. Tómese todas las tazas de oxígeno que quiera, pues esos pulmoncitos mañana moverán el mundo y necesitan llenarse de mucha pureza.
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El fabricante de clorofila
Luis de Lión

iSsshhht, niño! Venga para acá.

Desde hace ratos, lo estaba llamando y usted no me hacía caso. Si hasta le pedí a un pájaro que, por favor, le silbara y, por un momento, hasta soñé que pies eran mis raíces y quise caminar.

A ver, deme su mano, que yo le doy una rama. ¿Qué tal? ¿Cómo está?

Ahora, siéntese bajo mi sombra y respire profundo. Tómese todas las tazas de oxígeno que quiera, pues esos pulmoncitos mañana moverán el mundo y necesitan llenarse de mucha pureza.
¿Que se quiere subir a mi tronco? De acuerdo. A ver esos pies de ángel y esas manos de seda y ¡arriba!

¿Que quiere agarrar un nidito? Eso sí que no, muchacho. ¿Sabe una cosa? Tanto los niños como los pájaros forman parte de la alegría del mundo y hay que cuidarlos.

¿Que tiene, usted, hambre y sed? Pues agarre uno de esos panes de miel, que yo hago para los pájaros y los hombres. Sí, agarre uno o todos los que quiera.

Ah, patojo travieso. Ahora resulta que quiere columpiarse de una de mis ramas. ¿No se da cuenta que son mis brazos y que se me desgajan?

Y si me quedo sin ramas, me quedo sin hojas. Y si me quedo sin hojas... Bueno, ¿sabe otra cosa? Yo soy un trabajador. Mi fábrica produce lo verde. Yo soy el fabricante de la clorofila. Así como el aire es el responsable de que el cielo sea siempre azul, yo soy el responsable de que siempre sea verde la tierra, es decir, de que tenga color de esperanza.

Además, ¿ya vio mis chimeneas?

Mis hojas son mis chimeneas. Pero de ellas no sale humo de smog sino humo de oxígeno, pues también yo soy el responsable de que el aire siempre esté lleno como un niño recién bañado.

Niño: No desgaje mis brazos. Y, cuando sea grande, no tome ni la sierra ni el hacha para asesinarme. ¿Le gustaría dejar sin pájaros la tierra? ¿Le gustaría envenenar el aire puro y que todos los niños murieran?

Niño, además, míreme bien: soy tinta verde derramada por un muchachito sobre la mesa del cielo. Soy como hecho por usted.

Niño: Pase por aquí cuando quiera. Y saludos a su mamá y a su papá, a su maestro y a sus compañeros.

En el bosque
Gloria Hernández

Hola, soy Sofía y mi excursión preferida es ir al bosque. Voy con mis papás, mi hermana Olga y mi hermano Francisco a quien, por ser pequeño, le llaman la atención las cosas diminutas que encuentra. Una piedrecilla blanca, una mariposa o unos hongos del tamaño de un botón de camisa que halló persiguiendo un grillo. Mi mamá va tras de él con un bote que los dos van llenando con sus tesoros. Siempre se quedan atrás.

Mi papá va adelante, con Olga y conmigo. Buscamos un par de ramas que nos ayuden a explorar. Les quitamos las hojitas y quedan listas para su nueva misión como bastones. A veces hemos visto conejos, pequeñas ardillas y, si estamos muy callados, una zorrita plateada.

Lo que más me gusta del bosque es que canta. Todos los árboles tienen nidos y los nidos, aves de todos colores. Papá y mamá se saben los nom-bres de muchos y les gusta observarlos con los binoculares.

—¿Qué quieren ser cuando sean mayores? —nos preguntó papá que estaba debajo de un pino.
—Yo, doctora de animales, —dijo Olga.
—Y yo quiero cuidar los bosques —agregué muy entusiasmada.

Nuestros papás sonrieron encantados con nuestras ideas. Francisco quería decir algo que sonara más interesante que las profesiones que Olga y yo anunciára-mos y, con voz muy decidida, exclamó:

—Y yo quiero ser el papá de mis hijitos para llevarlos al bosque...

La profesora discreta
Luis de Lión

Niños:
¡Mírenme!
Sin mí, el Hombre sería el Ombre y el Hijo sería el Ijo.
¿Se dan cuenta?
Yo le doy valor a la palabra Hombre y también, a la palabra Hijo. Yo les doy dignidad. Soy la H.
Algunos dicen que soy muda. Pero no. Soy discreta: hablo muy poco y, además, mi voz es muy suave. Pero tengo una voz.

Digan, por ejemplo, “huevo” sin mí y qué difícil es pronunciarlo. Digan “leche” sin mí y no podrán decir el nombre de ese dulce alimento.

Niños, amigos míos:
Yo tengo una voz, pero ustedes no me oyen; tengo un cuerpo, pero ustedes no me miran. Soy la H y me parezco al viento: aunque no me miren, canto.

ESTOS CUENTOS INFANTILES PERTENECEN A LOS LIBROS MÚSICA DE AGUA, DE LUIS DE LIÓN, Y LUGAR SECRETO, DE GLORIA HERNÁNDEZ. AMBAS, OBRAS DE LA COLECCIÓN TORRE DE PAPEL, DEL GRUPO EDITORIAL NORMA. SERÁN PRESENTADAS EN LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO EN GUATEMALA, FILGUA. LUGAR SECRETO, EL 28 DE JULIO, Y, MÚSICA DE AGUA, EL 29 DE JULIO; AMBOS EN EL SALÓN ENRIQUE JUÁREZ TOLEDO, A LAS 5 P.M.

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