domingo, 7 de junio de 2009

“Hay esperanza en la sonrisa de un niño”

Raúl Colibrí


José Luis Escobar perfila a un cantautor guatemalteco devoto desde hace décadas al público infantil. Los detalles de su filosofía y trayectoria revelan la importancia de preservar los juegos y cantos tradicionales para los pequeños.
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El público de este cantautor es uno de los más exigentes: está conformado por niños. ¿Qué hacer para entretenerlos? ¿Cómo captar su atención durante una hora? Colibrí lo hace con su voz, una guitarra y títeres. Cuando ha logrado su interés total, los invita a cantar, a bailar y a jugar en el escenario.

Pero hay una particularidad en el repertorio de este cantante: no reproduce los temas de los ídolos juveniles del momento, ni las canciones de las series animadas de la televisión. Lo que caracteriza a Raúl López Colibrí son las rondas, las canciones y los juegos infantiles tradicionales de Guatemala. Es por ello que su repertorio suele ser más conocido por los adultos que por los niños.

“Los pollos de mi cazuela nos sirven para comer...”. “Buenos días su señorío mata-tero-terolá. Qué quería su señorío, matatero-terolá”. “Vamos a la vuelta del toro toro gil, a ver a la rana comiendo perejil”. “Yo quisiera ser mishito, para entrar por tu ventana y halarme con las uñas, a la niña más galana”.

“La interacción en el escenario se da en 50/50. Vos llegás y cantás tu repertorio, pero esa energía me regresa al percibir la espontaneidad de los niños, sus abrazos, al oír sus ideas, sus voces y también cuando piden que no te vayás; incluso hay quienes te comparten de su refacción cuando el espectáculo termina. Es frente a ellos que uno deja de ser cantante, porque hay que ser un mago, casi un brujo, para lograr esa mística con los patojos”.

El próximo fin de semana (lea Matatero terolá), Colibrí vestirá de nuevo una de sus colorida camisas y en compañía de los gallos Copetón y Copetín (dos títeres) hará que niños, padres y abuelos canten, bailen y rían por igual. Raúl es uno de los artistas que participan en el V Festival de Junio, con el cual se celebran los 31 años de vida del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. El programa de actividades se inició el viernes pasado y culminará el próximo 19.

Legado musical
“A ver, ¿quién ha escuchado la Canción del barreño (conocida en departamentos del occidente)? Es esa que dice: ‘De los caballitos que trajo usted, ninguno me gusta, sólo el que monté. Hágase pa’ acá, hágase pa’ allá, que mi caballito lo atropellará’. ¡Nadie! Bueno, entonces quién ha jugado alguna vez A la víbora, víbora de la mar, de la mar... Ah, ¡esa sí! Cantemos pues”.

Es común que en cada inicio Colibrí pregunte a los niños por alguna melodía que sepan. En 28 años de trayectoria con el público infantil ha visitado plazas, escenarios y establecimientos de todos los departamentos; también se ha presentado en ciudades estadounidenses y ha participado en encuentros musicales de Centro y Sudamérica.

“Me he dado cuenta de que hay un receso ante las canciones infantiles. Considero que es importante que nos aferremos a ellas. A la sociedad, al país se le ha arrebatado tanto: oportunidades, nuestro sentir, su patrimonio y hasta la identidad. No debemos permitir que también se diluya el legado musical que nos han dejado los abuelos. ¿A qué se va aferrar una sociedad si no es a sus raíces?”.

El cantante valora el papel de los abuelos como transmisores de canciones tradicionales; es por ello que les dedica alguna pieza en sus espectáculos (y este fin de semana no será la excepción). El barreño suele ser la pieza elegida para ese homenaje: “Es más suavecita, como un vals, y a los abuelitos les gusta bailarla”.

El interés por preservar este legado musical ha hecho que además de temas propios, Colibrí, incluya en su repertorio las rondas y juegos más conocidos en la cultura ladina, aunque, se lamenta, aún no puede hacer lo mismo con las canciones mayas, xincas y garífunas.

De momento su discografía (lea Trayectoria) recoge las melodías mestizas, y entre las producciones figura una de ocho cuentos musicalizados; dos por cada una de las culturas existentes en el país. La música de artistas o grupos como Gad Echeverría y Raúl López, Joaquín Orellana, Igor y David de Gandarias, Fórmula Ancestral, Canto General y la marimba de Concierto de Bellas Artes, figuran en los créditos.

“Una de las satisfacciones más grandes que me ha dado este trabajo, además de ver la sonrisa de los niños, es aportar al rescate de este patrimonio musical”.

Música y teatro para pequeños
“Muchos creen que mi trayectoria musical se inició con Canto General (lea De 1987 a 1998) y que después me dediqué a cantar temas infantiles. En realidad mi paso por ese grupo se sitúa en el centro de mi faceta como cantautor”.

Raúl recuerda que en 1981 tomó unos cursos de arte organizados por la Universidad de San Carlos. “Esas clases las impartían en un teatro que se llamaba La Galera (cerca del teatro de la Universidad Popular, 9a. calle y 9a. avenida, zona 1). Llegué por un taller de poesía y luego empecé a recibir clases de teatro. En mis ratos libres cantaba mis temas”.

Colibrí pronto hizo amistad con el elenco de Teatro Latino, grupo que finalmente lo invitó a sumarse a su propuesta escénica. “Participé con ellos alrededor de nueve años. Cantábamos en teatros, plazas, calles... adonde nos llamaran”.

En esos años ya se asomaban temas propios en un repertorio destinado al público infantil compuesto, en su mayoría, por rondas locales y latinoamericanas. “Fueron años de trabajo colectivo”, recuerda el cantante. En 1986 la obra El tesoro de la Luna fue premiada por Bellas Artes (posteriormente Ministerio de Cultura) con el máximo galardón de la época, el Premio Opus.

Fue junto a Teatro Latino que Colibrí forjó su actual disciplina, pues junto al grupo teatral recorrió el país impartiendo talleres de arte. A la fecha no cesa en esa actividad, extendiéndola a la rama pedagógica (lea Trayectoria). Colibrí también es autor de material didáctico: Jugando con el arte, tres libros acompañados de un CD musical que están a la espera de los establecimientos educativos que deseen incorporar la dinámica del juego y el canto a sus cursos de preprimaria y primaria. “Jugando con el arte también es una herramienta para los estudiantes de magisterio. El objetivo principal es promover la creatividad, la alegría y la imaginación de los niños y educadores. Ahora, estos temas parecen una revolución, muy novedosos, pero en la pedagogía lo son desde los años 50. Es sólo cuestión de reactivarlos”.

Trayectoria
Raúl López Colibrí cuenta con seis producciones musicales: Barriletes (1996; temas propios). Los títeres (1998; canciones propias, de autores latinoamericanos y de tradición oral). El circo al revés (1998; edición especial). Matatero terolá (2001; canciones, juegos y versos infantiles de Guatemala). Cuentos infantiles de Guatemala (2002; ocho cuentos mayas, xincas, garífunas y mestizos). Jugando con el arte (2006; material de apoyo al libro homónimo).

En 1992 compuso, para el programa radial Barriletes, 20 canciones para niños, sobre temas varios. Dos años después creó la canción Aquí estamos los niños, para Unicef y para la versión televisiva de Barriletes.

En 2003 su canción Amigos para siempre, se convirtió en himno del II Encuentro Centroamericano de Manadas, organizado por la Asociación de Scouts de Guatemala.
En su faceta como educador, fusiona los juegos infantiles con los títeres, la música, la plástica y las artes escénicas. Desarrolla talleres para niños, estudiantes y maestros de preprimaria y primaria. Desde 2005 imparte talleres a maestros de los programas educativos de Save the Children Guatemala y algunos sectores de maestros del Ministerio de Educación.

De 1987 A 1998
“Después de Teatro Latino surge Canto General, proyecto musical que duró 11 años. Este grupo apostó por la poesía y la canción guatemaltecas, en una época en que en el país tuvo mucha presencia el canto popular de Cuba, Nicaragua y de Sudamérica”.
Colibrí fue uno de los tres miembros fundadores del grupo (junto a José Corado y Mario Lemus). Luego se integrarían otros cantautores, como Gad Echeverría. En el cenit de su vida, Canto General estuvo formado, además de voces, por dos violines, dos violas, un chelo, un oboe, un clarinete y un contrabajo.
Pero el paso del músico por el grupo no mermó su actividad musical infantil. “De alguna manera continuaba; en esos años compuse el tema del programa radial Barriletes, que luego se transmitió por la televisión nacional. Yo canté en el videoclip”. El material musical de estos años se recoge en el CD Barriletes, el primero en la carrera del cantante. Barriletes es uno de los tres discos que preceden a Matatero terolá (2001), producción que consolidó la pasión de Colibrí por el canto infantil y que a la fecha es su carta de presentación y da nombre a su espectáculo.

EN POCAS PALABRAS
Tradición oral
“Es una de las mayores riquezas de nuestro país. Para evitar que se extinga tenemos que promoverla, aferrarnos a ella, incluso con los dientes si es necesario”.

Guitarra
“Gabriela Mistral dijo que el artista es al pueblo lo que el alma es al cuerpo. Yo digo que la guitarra es como el alma del artista. Este instrumento se convierte en todo”.

La sonrisa de un niño
“Es la perfección de la ternura. Si querés conocer la esperanza del ser humano, tenés que buscarla en la sonrisa de un niño”.

Matatero terolá
“Es el río que nace de la montaña y del interior de la tierra, y que al bajar, va alimentándose de recuerdos, de toda esa memoria infantil que los adultos no olvidan y que renuevan los niños”.

MATATERO TEROLÁ
Raúl Colibrí (raulcolibri@hotmail.com) presenta un espectáculo musical para toda la familia: títeres, canciones, trabalenguas y juegos. Sábado 13 (4 p.m.) y domingo 14 (11 a.m.). Q40 por persona. Teatro de Cámara Hugo Carrillo, Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.

T: José Luis Escobar. jescobar@sigloxxi.com.
F: Morena Pérez Joachin. mperez@sigloxxi.com

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