domingo, 28 de junio de 2009

El fotógrafo de la calle

José Manuel Mayorga





José Luis Escobar entrevista al ganador del primer lugar de Juannio 2009. Así conoce los incidentes que hicieron de este abogado un apasionado por la fotografía.
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Diez y media de la mañana. Es hora de dejar de lado algunas tareas y salir de la oficina. Por suerte la entrevista es a pocas cuadras. Está tan cerca el punto de encuentro con el fotógrafo José Manuel Mayorga que decido caminar.

De hecho, ambos aprovechamos la tregua que el martes pasado la lluvia dio a los transeúntes del Centro Histórico. Los dos caminamos hasta el restaurante. Cuando entré, él ya estaba en una de las mesas del patio.

Su expreso y mi té frío acompañan esta charla con el ganador del primer lugar del concurso y exposición venta de arte latinoamericano Juannio 2009.

El regalo de la oveja negra
“La fotografía ha ejercido un gran atractivo sobre mí”, dice José Manuel. Y para profundizar en la respuesta, le pido que me hable del incidente que cree lo casó con la cámara de fotos.

“Eran los años 70 y un primo, que vivía en el extranjero, se mudó a Guatemala. Era muy detallista, y para uno de mis cumpleaños, me obsequió una cámara. Era una Kodak Instamatic”.
Más de 50 millones de estas cámaras fueron producidas en esa década, lo que ayudó a masificar la fotografía. José Manuel, aún estudiante del nivel primario, fue uno de los amateurs que se entusiasmó tomando fotos de reuniones familiares, tomas que ahora ve como “cuadros aburridos”.

“La Instamatic era una cámara que parecía de plástico, algo cuadradita. Ya ni las fabrican. Pero con esa empecé a experimentar. En un principio sólo deseaba inmortalizar las reuniones”.

Mayorga aún conserva el primer equipo. “Me recuerda a quien me la regaló. Él era como la oveja negra en la familia. Todo lo que hacía era lo que no se debía hacer. Pero sus referencias fueron muy valiosas para mí. Le debo mucho. Soy hijo único y fue como un hermano mayor para mí”.

Después de una década en compañía de la primera cámara, Mayorga compró una nueva. “En 1988 realicé mi primer viaje a Europa. Antes de salir pasé por una tienda y compré una Zenit”. Durante el vuelo, Mayorga devoró el manual del equipo.

“Quería sacarle todo el provecho. Era una cámara rusa de 35 mm. Más pesada que la anterior. Tenía un indicador, una agujita, que tenía que casar con una ruedita para que la lectura de luz fuera la adecuada. La cámara era muy precisa. Las fotografías que obtuve fueron una gran sorpresa”.

Abogado y notario
Con la Zenit y otras cámaras, Mayorga continuó su formación autodidacta por más o menos 12 años más. El primer curso de fotografía profesional que tomó fue en 2001, con Daniel Chauche, en la escuela Chez Daniel.

Su formación en ese lugar fue regular hasta 2006, fecha en la que Mayorga comienza a tener presencia en el medio local con muestras individuales: Instituto Guatemalteco Americano (IGA); Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamerica (Cirma), Alianza Francesa y en bienales de Arte Paiz.

Pero antes de dedicarle mayor energía a su faceta como fotógrafo, José Manuel lidió con una rutina marcada por las leyes y las actas notariales. “Me gradué de abogado en 1986”, dice el artista, que en el año 2000 decidió independizarse y dejó atrás la firma en la cual había trabajado por 15 años. “Ese año tuve dos pérdidas significativas en mi círculo familiar: mi madre y una prima nacieron a otra vida”. La experiencia hizo que el fotógrafo hiciera una pausa en su carrera.

“En ese momento mis prioridades cambiaron. En la oficina donde laboré se gestaba ya otro tipo de energías. El tiempo fue el propicio para partir”, dice quien brindó asesorías mercantiles a bancos. “Mucha gente me dijo que me arriesgaba demasiado al poner mi propio espacio. Tuve miedo, no lo niego, pero todo se dio de manera favorable”.

Mayorga ejerce ahora las leyes de manera holgada, sin hacer de menos los años que le precedieron en el ejercicio de la profesión: “La abogacía me dio un respiro económico y me empezó a generar ingresos que antes no tenía, así como la posibilidad para sufragar las fotos y otras vivencias, como viajar”.

Los ingredientes de esta receta los conoció en ese primer viaje a Europa, en 1988. “Decidí llevar la cámara, iba solo. No tuve con quien compartir tantas cosas maravillosas, pero quien iba conmigo era la cámara, desde entonces se convirtió en mi compañera de viajes”.

Mayorga desarrolló un estilo callejero detrás del lente, street photography, como él mismo señala. “La foto de calle te permite hacer tomas directas, no hay tiempo para escenificaciones ni para acondicionar el lugar”. Transeúntes, lectores, edificios, plazas y los reflejos son temas presentes en sus tomas.

Entre diablos y el azar
La cadena de hechos que une a las personas y las lleva de una a otra situación o lugar es algo que no deja de sorprender a José Manuel.

Se pone como ejemplo e indica que el tiempo que laboró para una firma legal le ayudó a conocer a las personas que, con los años, acabaron al frente de diferentes proyectos culturales financiados por entidades bancarias (galerías, publicación de catálogos y libros).

Asimismo, en las aulas de la universidad tuvo por compañeros a familiares de artistas que luego se involucrarían en la organización de eventos y festivales de arte, como el mismo Juannio. También, fue en las aulas que coincidió con otros colegas con iguales inquietudes artísticas. Mayorga fue compañero de clase de Luis Escobar, cofundador de la galería y centro de documentación El Áttico.

“Fue muy interesante que por asuntos legales conociera a varios artistas de los que únicamente tenía referencia por su trabajo. Primero tratamos por servicios profesionales, luego como colegas”.

Fue en esa cadena de hechos que, en 2007, unas fotografías de Mayorga (de la exposición Revisitaciones) fueron incluidas en una muestra que Cirma llevó a la capital estadounidense. El fotógrafo viajo a Washington para verla. “Ahora, aprovechando que estás aquí, da una charla sobre fotografía”, le dijo la organizadora de la actividad.

Ese viaje fue memorable, no sólo por la charla y la inclusión de sus fotos en una muestra internacional itinerante de fotografía guatemalteca, sino porque durante el mismo, José Manuel fotografió la proyección de su sombra en una calle. Junto a él había dos personas más, todos, a manera de disfraz, lucían en las cabezas unos cachos de diablo, pues en las calles la gente celebraba Halloween. La foto, casi dos años después, fue la ganadora del primer lugar en Juannio.

Otra exposición de Mayorga (IGA, 2005) rindió homenaje a la ciudad de Nueva York. En ella el fotógrafo explotó al máximo su gusto por las tomas callejeras. Las conversaciones de planificación con la curadora Valia Garzón, entonces directora de Asuntos Culturales, propiciaron que el artista conociera también a la diseñadora Ximena Chapero.

Con ambas, meses después, se lanzó a la aventura de publicar un boletín informativo con la agenda cultural del mes: El azar cultural, que se distribuye gratuitamente en diferentes comercios, y cuenta además con un blog.

“Valia nos acompañó hasta 2008, otras prioridades surgieron en su vida. El Azar no sería lo mismo si no le hubiera inyectado su energía y ocurrencias”, apunta Mayorga, quien en este ir y venir de energías no descarta que las circunstancias lo hagan compartir el tiempo y espacio nuevamente con ella y otros colegas del medio.

LA ANTAÑONA
En 1995 el fotógrafo, junto a María Elena Lamport y otros socios, abrió el restaurante La Antañona. Se vinculó más a la parte administrativa, pero “también serví mesas y estuve en la barra”, recuerda José Manuel de esta empresa que se caracterizó por ofrecer, en la zona 1, una atención propia de cinco estrellas y un menú de alta cocina. El lugar operó por seis meses y fue el primer proyecto del artista, ajeno a lo que entonces marcaba su rutina laboral: las leyes.

TRAYECTORIA
El fotógrafo ha montado las muestras:
Impresiones de Nueva York (IGA, 2005)
Revisitaciones. Tarjetas de visita de la capital, 1992-2006. (Sol del Río, 2007)
En el Charco Verde. Bañistas de Ometepe. (Alianza Francesa, 2008).
Mundo Capitol, colectiva. (Artecentro Paiz, 2008).
En 2006 obtuvo el Glifo de Bronce de la XV Bienal de Arte Paiz. En 2007 logró el tercer lugar en la Subasta de Arte Latinoamericano Juannio (2007). El año pasado fue invitado a la XVI Bienal de Arte Paiz.

EN POCAS PALABRAS
CINE
“De niño, para que no molestara me mandaban al cine, por la mañana y tarde”, recuerda el artista que, de cine en cine, recorrió y conoció las calles del Centro Histórico.

ALMODÓVAR
La empatía con la cinematografía del director español Pedro Almodóvar es tal, que los títulos de sus películas y otros temas figuran en la obra y proyectos del fotógrafo.

FOTO 30
Mayorga se apresta para el próximo festival fotográfico, Foto 30 (septiembre 2009). En esta oportunidad participará por primera vez como curador.

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