domingo, 28 de junio de 2009

Cómo cosechar verduras gigantes


Por medio de estas técnicas agrícolas, cooperativas y empresas nacionales logran cosechar cebollas de dos libras y otros vegetales enormes. Sofía Menchú las conoce y nos explica cómo funcionan.
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“Lo que están viendo son bolios con fibra de coco; es un material inerte que no necesita desinfección ni productos químicos. Únicamente le aplicamos agua”, explica el ingeniero Erick Solano mientras señala unos sacos plásticos blancos que se utilizan para sembrar tomates mediante la hidroponía —siembra sin tierra— en un invernadero.

“Estamos colaborando con el medio ambiente, pues no se utilizan pesticidas y ofrecemos productos sanos, ya que los cultivos están mejor protegidos de insectos y de la lluvia”, asegura, mientras nos guía en un recorrido por otros invernaderos: de pepinos, tomates y chiles pimientos de varios tamaños y colores.

Los vegetales estuvieron expuestos en el V Encuentro Nacional de Horticultura de la Federación de Asociaciones Agrícolas de Guatemala (Fasagua), realizado en el campus de agronomía de la Universidad de San Carlos en el primer trimestre del año. El objetivo de la exposición fue mostrar a los agricultores interesados las diferentes y nuevas técnicas de cultivo.

Al cultivar hidropónicamente la extensión del terreno pasa a un segundo plano, pues el crecimiento de los vegetales se da por niveles, lo cual permite que haya más producción. Además, gracias al control que se tiene sobre los nutrientes, el tamaño de las verduras es dos o tres veces más grande del que se logra mediante las siembras tradicionales. Por ello, son ideales para la exportación. “De esta forma es que podemos obtener mejores precios”, dice Solano.

Según el ingeniero, la inversión más grande para este tipo de cultivos es la estructura del invernadero. Ésta consta de techo de malla antivirus, paredes de plástico transparente y una estructura de madera. Su costo puede alcanzar los Q65 mil para un área de 600 m cuadrados. “Pero si alguien construye esto e invierte en hidroponía, los resultados saltan a la vista”, declara, “pues obtendrán mejores frutos, mayor precocidad de los cultivos y reducción de costos de producción”. Para actividades de exportación se recomienda contar con una plantación de 4 mil m cuadrados.

Modelos económicos y exitosos
La hidroponía es de las técnicas más modernas en la agricultura nacional, pero la alta inversión en el modelo del invernadero la deja fuera del alcance de muchos agricultores. Sin embargo, hay otros modelos que también son exitosos, como el acolchado y el uso de micro y macro túneles, ambos acompañados del riego por goteo, mediante el cual se aprovecha mejor el agua mezclada con los fertilizantes, que provee a la planta del alimento que necesita.

El acolchado o plasticultura, como también se conoce, es un mecanismo que funciona de la siguiente manera: luego de haber trabajado y desinfectado la tierra, se coloca un plástico a una profundidad de 20 a 30 centímetros; éste queda como un pequeño colchón para la planta, donde se hacen surcos para introducir la semilla o pilón, dejándole espacio suficiente para crecer.
El acolchado se aplica en campo abierto y puede usarse con varios cultivos, como milpa, trigo, cebolla, vegetales y algunas frutas. Los agricultores afiliados a Agexport y a la Cooperativa Cuatro Pinos, cuyo principal producto es la arveja china, utilizan el acolchado y riego por goteo.

Acolchado en Cuatro Pinos
La Cooperativa Cuatro Pinos se encuentra en Santiago Sacatepéquez. Allí nos recibe el ingeniero Tulio García, gerente general de la Coope, como le llaman familiarmente sus afiliados. Luego de conocer la planta central de empaque, donde se seleccionan los vegetales, nos trasladamos a la finca ubicada a 2 kilómetros. Las siembras de ejotes y calabacines alcanzan una extensión de 30 manzanas. “Para la fertilización del suelo aplicamos productos orgánicos”, indica García, mientras seguimos el camino entre los altos árboles de pino que nos dirige a los cultivos. Al llegar vemos largas extensiones de tierra cubiertas con plástico negro, con surcos donde hay siembras a una distancia de unos 20 centímetros entre cada una, con ejotes listos para cortarse: “Nosotros no usamos el plástico gris, pues es más caro y éste ha funcionado bien”, explica García.

Micro y macrotúneles
En la exposición de Fasagua, los cultivos estaban sobre acolchado color gris, y en vez de túneles hay techos plásticos sobre los cultivos, los cuales están sostenidos por postes de bambú que al mismo tiempo sirven de tutores. “Esos techitos son invención nuestra; protegen a la planta en el invierno y, al ser transparentes; proveen un ambiente casi natural y permiten aprovechar la energía del sol, que sirve para generar la vida a los alimentos”, subraya Erick Solano.

En el campus de agronomía, además del acolchado, había también micro y macro túneles en exposición. Los microtúneles consisten en una especie de galería hecha de agryl (un tejido de polipropileno blanco) y alambre galvanizado que se colocan sobre las plantas; miden unos 50 cm. “Esta es otra tecnología que Fasagua ha implementado en tomates, chiles y pepinos”, afirma Solano. La colocación de los microtúneles protegen del clima y de insectos al cultivo, aparte de agilizar la precocidad en las cosechas. “Colocamos el microtúnel por un mes y obtenemos también un crecimiento uniforme en los frutos”, refiere el ingeniero, sosteniendo en sus manos 2 cebollas de unas 2 libras cada una.

Los microtúneles son recomendados en plantaciones que no alcanzan mucha altura, como los tubérculos. Para los cultivos de mayor tamaño están los macrotúneles, construidos de la misma forma que los microtúneles, pero a una altura de 2 ó 3 metros. Los frutos obtenidos son de igual tamaño que los que crecen por hidroponía. La desinfección del suelo, el riego por doble manguera mezclando agua con fertilizante bien controlado y la correcta utilización de estas técnicas dan por resultado producto de calidad para exportación.

Los túneles de ambos tamaños son adecuados para el agricultor de bajos recursos pues el montaje de un invernadero tiene un costo elevado, y los resultados son similares.

Asepsia en la huerta
Algo importante en la aplicación de estas eficaces técnicas agrícolas son las normas de higiene que deben seguir quienes trabajan en estos cultivos. Al ingresar en el invernadero los zapatos deben sumergirse en una caja plástica con pediluvio, un desinfectante líquido. También es necesario ponerse una bata blanca, redecilla para cubrirse el cabello y mascarilla. No está permitido el uso de joyas, ni tocar los frutos ni las plantas si no es necesario. Con estas medidas se evita contaminar la cosecha.

En Cuatro Pinos pudimos observar que el manejo después del corte de los vegetales requiere bastante cuidado y es más estricto. Al entrar en la planta central encontramos el área de selección y empaque, con mesas de metal donde varias mujeres están manipulando los ejotes y otros vegetales pequeños con mucha rapidez. Toman manojos de ejotes y los clasifican.

“El tamaño, punto de corte, si es muy sazón o muy tierno, si tiene alguna mancha o si está torcido, son causas por las que no pueden ser exportados y los vendemos en el mercado local”, explica la ingeniera Lucrecia de León, encargada de control de calidad. Los vegetales se tienen a una temperatura de 14 grados centígrados, a excepción del cuarto frío donde se almacenan ya empacados a un temperatura de 4 a 0 grados centígrados, dependiendo del clima exterior.

“Los vegetales deben mantener su frescura durante los casi 21 días que están en planta central antes de su exportación”, comenta el ingeniero García. Además los empresarios deben tener gran cuidado de cumplir con los requerimientos que sus clientes piden, por eso en Cuatro Pinos cuentan con un cromatógrafo de gases, parte de la tecnología moderna que sirve para examinar el producto desde que viene del campo hasta las bolsas y cajas de empaque, antes de sacarlas al mercado.

En el laboratorio practican a los empleados un hisopado, que consisten en pasar un hisopo estéril humedecido en un caldo de preenriquecimiento de bacterias en cada mano para detectar cualquier bacteria o patógeno que impida el manejo de los alimentos. “Esto lo hacemos tres veces por semana al todo el personal de la planta”, refiere Wenceslao Cuc analista, de microbiología.

Puntos de referencia
Fasagua, Cooperativa Cuatro Pinos, y Agexport son algunas de las empresas o entidades que ofrecen capacitación y asesoría a los agricultores que deseen instruirse en estas técnicas. Puede encontrar más información en
co4pinos@itelgua.com, www.fasagua.com y www.export.com.gt.

T. Sofía Menchú. sisabelmenchu@hotmail.com
F. Cecilia Cobar. ccobar@sigloxxi.com

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