Eduardo Rubio Herrera* Ventana al cielo
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Este año se cumplen 400 años de las primeras observaciones astronómicas realizadas por Galileo Galilei. Por ello la Unesco y la Unión Astronómica Internacional celebran en 2009 el Año Internacional de la Astronomía. Buscan promover actividades dedicadas a despertar el interés general de la población en esta ciencia. El lema de dicha celebración es: El universo es tuyo para que lo descubras, y es que en realidad, a pesar de todos los avances tecnológicos y científicos, aún falta mucho por descubrir en este vasto universo donde vivimos.
Esta aventura de descubrimiento, que ahora forma parte del modo de pensar de la sociedad moderna, se inició en Italia a finales de 1609, cuando Galileo apuntó al cielo un telescopio. La realidad que él descubrió con su modesto telescopio de 1.5 cm de diámetro, sorprendió a las mentes científicas de la época. Luego de Galileo han seguido cuatro siglos de prolijos descubrimientos astronómicos, gracias al ingenio humano que ha permitido construir cada vez instrumentos de mayores dimensiones que han cambiado nuestra percepción del universo.
Entre 1609 y 1770, los cielos fueron escudriñados sistemáticamente por varios astrónomos. Ellos descubrieron los anillos y lunas alrededor de Saturno, cometas, estrellas binarias, nebulosas y grupos de estrellas dispersos y compactos. En 1780 el astrónomo inglés William Herschel descubre Urano, y años después realiza un estudio sobre la distribución de las nebulosas y cúmulos estelares en el cielo, llegando a la conclusión de que nuestro Sistema Solar está rodeado de una gigantesca estructura de estrellas y nubes de gas, que hoy día sabemos es nuestra Galaxia. De la misma manera, William Bessel en 1838, logra medir por primera vez la distancia a una estrella (11.4 años luz, a 61 Cygni) mostrando que las estrellas están a distancias enormes pero finitas. En 1846 se identifica Neptuno, otro planeta del Sistema Solar, y en 1850, gracias a las observaciones del conde de Rose en Irlanda, se identifican varias nebulosas en espiral, cuya verdadera naturaleza no fue revelada sino hasta en 1924, cuando un descubrimiento mostró la escala verdadera del universo. Para entonces se pensaba que el universo era del tamaño de nuestra galaxia, unos 130 mil años luz de diámetro; sin embargo, Edwin Hubble, utilizando el telescopio de Monte Wilson en Estados Unidos, descubrió que estas nebulosas en espiral eran en realidad galaxias situadas a millones de años luz de la nuestra. Observaciones semejantes hechas con el telescopio de Hale en Monte Palomar hacia 1950, confirmaron no sólo que los objetos más distantes del universo visible se encuentran a varios miles de millones de años luz, sino que nuestro universo se está expandiendo; es decir, que los objetos distantes como galaxias se alejan de nosotros a medida que transcurre el tiempo. En 1998, las observaciones de supernovas distantes, utilizando el telescopio espacial Hubble y otros telescopios terrestres, mostraron que el universo se expande cada día con mayor rapidez. Se han descubierto planetas girando alrededor de otras estrellas, agujeros negros colosales en el centro de varias galaxias incluida la nuestra, y muchos otros objetos increíbles. Lo que menciono sólo es una ínfima parte de los descubrimientos realizados desde l que Galileo apuntó su telescopio al cielo hace 400 años. ¿Qué se descubrirá mañana? ¿Y usted... ya descubrió el universo?
*Eduardo Rubio Herrera (Guatemala, 1978) es licenciado en Física por la Usac; estudió una maestría en Astronomía en la UNAM y actualmente cursa un doctorado en Astrofísica en la Universidad de Ámsterdam en los Países Bajos.
domingo, 3 de mayo de 2009
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