Pablo Bromo
Es curioso, ahora que lo pienso, el amor siempre está conectado con el lenguaje, se alimentan mutuamente por un cordón metafísico que los reafirma. Los metalenguajes que aprendí en mi niñez, son ahora meteoritos que pretenden estrellarse contra la razón y la lógica. Hay momentos en los que quisiera, regresar a ese tierno beso de mi madre, daría cualquier cosa por vivirlo de nuevo. Seguir leyendo.
domingo, 26 de septiembre de 2010
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