Sebastián Escalón escribe acerca de las aventuras y desventuras de un geólogo francés que visitó Uspantán, interesado en la prevención sísmica.
“Hay semanas en que odio a Guatemala, y semanas en que la amo. Me pongo contento al venir, y me alegro cuando me voy.” Este es el sentimiento general que le inspira el país al geólogo francés Gilles Brocard. Y es que acá todos son contratiempos e imprevistos. Cada paso para realizar un muestreo, un mapa, un estudio preliminar conlleva su dosis de frustraciones y enojos, a veces hasta de miedo. Seguir leyendo...
domingo, 15 de agosto de 2010
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