Nunca, nunca, nunca, pero nunca, creyó que también se podía odiar lo amado, sin embargo, sintió eso. Se sintió el mortal más común de todos.Odio por ella. ¡Odio a ella! ¿Odio por ella? Preguntas que se hacía como reclamos olvidados en el recuerdo de los días que pasaron intentando compartir. Seguir leyendo.


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