Guillermo Santillana
El movimiento de una marioneta oculta la magia del titiritero, Oswaldo J. Hernández habla de este arte con el creador de marionetas detrás de Armadillo Teatro Títeres.
Siempre hay algo de extraño en esos muñecos que crean la ilusión de moverse solos. Hechos de espuma o madera, hablan; no poseen piernas y danzan; tampoco les han crecido alas en la espalda y aún así, si es de su antojo, vuelan. Crean una vida fingiendo ellos mismos estar vivos. Y lo hacen con tal gracia y talento que esconden lo más importante: un alma en alguna parte de sus entrañas de cartulina. Pero hay que entender que el alma de una marioneta no puede ser otra cosa sino el artista titiritero.
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domingo, 28 de febrero de 2010
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