domingo, 27 de septiembre de 2009

Emigrante contador de historias

Luis Argueta | Cineasta
Jaime Barrios Carrillo nos presenta a un ingeniero devenido realizador que nació para relatar a través del cine.
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Pionero de la nueva era del cine guatemalteco, Luis Argueta sueña y trabaja en Nueva York, sin dejar de pensar en su país natal. La obra de este cineasta contribuye a la reflexión sobre Guatemala y sus conflictos y sobre la fuerza telúrica e histórica del pueblo de Guatemala.

“Nací y crecí en Guatemala, en medio de una extensa familia presidida por mi abuela materna. La radio era mi enlace al mundo, y mi pasatiempo pre-ferido era escuchar historias de aventuras y los juegos de la serie mundial de beisbol. Las voces y sonidos que emanaban de la pequeña caja de baque-lita sobre la mesa de noche al lado de mi cama me introdujeron al mundo maravilloso de la imaginación”.

“Durante el año que pasé como estudiante de intercambio en una escuela secundaria en Pensilvania se inició mi ambivalente relación con los Estados Unidos, un país cuyos gobiernos tanto dolor habían traído a mi país y a mi familia, y que al mismo tiempo estaba poblado de gente sin el miedo a hablar y expresarse que yo había mamado desde la cuna. Me gradué de ingeniero industrial, pero en el camino descubrí a Buñuel, Fellini, Orson Welles, Hitch-cock, Truffaut y a Kurosawa. Estos cineastas sembraron en mi mente el deseo de contar, por medio del cine, las historias de mi niñez”.

Siguieron después estudios en literatura y teoría cinematográfica, y Luis Argueta experimentó con el formato Super 8 y 16 mm. Su tesis de maestría fue una película de 60 minutos que probaba la continuidad de los personajes en las obras de Fernando Arrabal, dramaturgo español que vio el filme y lo invitó a trabajar en un largometraje en Europa.

Después de esa experiencia abandonó la vida universitaria y se mudó a Nueva York, donde produjo su primer documental (sobre los efectos del excesivo uso del D.D.T. en la industria algodonera en Centroamérica). Al descubrir la industria de la publicidad, empezó a trabajar en ella como asistente de producción.

“Mi plan era simple: aprendería a hacer comerciales y con lo que ganara pagaría por las historias que quería contar en cine. En 14 años pasé de asistente de producción, gerente de un estudio y productor de campo, a director de mi propia compañía”.

En 1994 produjo y dirigió su primer largometraje, El Silencio de Neto. “Esta película me llevó alrededor del mundo en el circuito de festivales de cine, motivó a una nueva ola de cineastas en Guatemala y me dejó en la bancarrota”.

Después del 11 de septiembre de 2001 cerró su compañía de producción de comerciales y se ha dedicado a hacer documentales y a desarrollar películas basadas en historias personales.

“Desde el 11 de julio de 2008 he estado produciendo un documental sobre la redada más brutal, más costosa y la más grande en la historia de Estados Unidos, llevada a cabo por Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Postville, Iowa, el 12 de mayo de 2008 en la cual casi 400 trabajadores indocumentados, en su mayoría guatemaltecos, fueron arrestados. A menudo, mientras veo por el lente de mi cámara y escucho los testimonios de la gente involucrada en esta historia, trato de no echarme a llorar. Como emigrante guatemalteco en Estados Unidos, estoy convencido de que esta es una historia que nací para contar.”

T: Jaime Barrios Carrillo. jbarrios@sigloxxi.com F: Archivo, Siglo 21.

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