Heber Josué Chacón | Químico
Jaime Barrios Carrillo escribe sobre un joven guatemalteco que investiga los efectos de los aerosoles en el aire que respiramos.
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“El éxito viene de una receta simple que incluye perseverancia, suerte, pasión, deseo, riesgo y estrategia”, me dice este joven científico guatemalteco residente en Pittsburgh, Pennsylvania, que está desarrollando investigaciones de gran relevancia en el campo de la química.
Herber afirma que está trabajando en muchos proyectos que pueden revolucionar la manera de cómo se piensa sobre la química de la atmósfera. “Uno de ellos es entender cuántas veces un compuesto químico es oxidado con relación a cuántas veces sufre una fragmentación.
Esto tiene una relevancia enorme, porque determinaría qué compuestos son más peligrosos para la salud humana. ¡Qué satisfacción tan grande cuando sabes que tu trabajo puede en realidad cambiar la longevidad de la humanidad entera!”
Con sólo 24 años de edad es un experto en el estudio de los aldehídos, compuestos orgánicos importantes en la producción de plásticos, resinas, pin-turas y cosméticos.
Nació en Zacapa, cerca del pueblo El Rosario, y sus padres emigraron a la capital en 1987. Cursó los estudios básicos en un instituto experimental en la zona 18, donde pronto mostró su enorme potencial intelectual, que se reflejaba en sus notas y sus trabajos escolares.
Herber recibió entonces un gran incentivo por medio de una beca para estudiar en el Colegio Americano. “Me fue muy bien; fui uno de los mejores estudiantes y obtuve muchos recono-cimientos en diversas clases, especialmente en ciencias”.
El próximo objetivo era saltar a los Estados Unidos. “No sabía cómo. Averigüé y probé todo, absolutamente todo. Era demasiado caro. Pero tuve la suerte de que un tío mío se mudó a Kansas en una misión como pastor. Me fui entonces donde él para explorar las universidades y las opciones. Final-mente encontré una universidad en el noroeste de Kansas llamada Fort Hays State University. Trabajé de todo lo que pude para ahorrar fondos, desde podar pasto hasta pintar casas”.
Herber se graduó y sus nuevos sueños fueron de inmediato la obtención de un doctorado en química. Aplicó en varias universidades y finalmente fue aceptado en la Carnegie Mellon University, considerada una de las mejores 20 universidades del mundo en el campo de la química y las ciencias naturales. Algo fundamental en su carrera fue comenzar a investigar con el Dr. Neil Donahue.
“Ha sido un trabajo increíble. Básicamente en este laboratorio estudiamos la química que sucede en la atmósfera. Nuestro modelo a seguir es pensar que existe una emisión de químicos y de aerosoles que llamamos POA. Estos vapores y aerosoles llevan una transformación en la atmósfera que los hacen producir aerosoles más tóxicos y grandes. De hecho alrededor de 50 mil personas mueren al año en Estados Unidos debido a aerosoles formados por la contaminación ambiental”.
Actualmente está a mitad del doctorado, pero ya realiza trabajo de investigación y tiene una publicación presentada y otra en camino. “Mi rol consiste en determinar el mecanismo de reacción que aldehídos alifáticos llevan a cabo en la atmósfera. Es increíble, porque de toda la gente en el mundo, que yo sepa, soy el único que entiende el mecanismo de reacción de aldehídos de tamaño mediano a grande”.
T: Jaime Barrios Carrillo. jbarrios@sigloxxi.com F: Archivo, Siglo 21.
domingo, 9 de agosto de 2009
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1 comentarios:
Guatemala pierde sus mejores cerebros pues les dan mejor oportnidad en otros lugares.
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