José Joaquín López
Amalia está sentada en el sofá de su casa, esperando que su teléfono celular suene. Ya hizo la limpieza, ya preparó el almuerzo y sus hijas están en la escuela. Pero la llamada no llega y los minutos se hacen eternamente largos y no hay nada bueno en la tele. La música tampoco la calma; entonces toda la casa está llena de silencio. Solo hay un sonido que Amalia quiere escuchar y es el ringtone del Himno a la alegría con que suena su celular cuando la llaman. Seguir leyendo.
domingo, 9 de mayo de 2010
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