Eduardo Rubio / Ventana al cielo
En 1946 el astrónomo Lyman Spitzer publicó un artículo en una conocida revista internacional de astronomía, en el cual destacaba la importancia y las ventajas que tendría un telescopio ubicado en el espacio exterior.
Los telescopios localizados en la superficie de la Tierra deben lidiar con los problemas que introduce la atmósfera terrestre. Los rayos de luz que provienen de un cuerpo lejano deben atravesar varias capas de aire, cada una con temperaturas diferentes. Seguir leyendo.
domingo, 9 de mayo de 2010
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